Cuando Moisés separó las aguas y se metió por allí en medio a ver a los pececitos y luego vinieron los egipcios, quitó el bastón del suelo y volvió a poner todo en su sitio. El agua en el sitio del agua y a los egipcios junto a las ballenas.
Todo volvió a su cauce.

Más o menos eso es lo que ha pasado.

Iba a pasar olímpicamente de explicar nada más sobre el guión almodovariano, pero me han pedido que lo haga para evitar que los comentarios se conviertan en un linchamiento a lo caricatura. Y menos mal que no hice yo una caricatura como aquella (y eso que estuve a puntitísimo) porque sino al que le queman la embajada es a mí.

Hablando se entiende la gente; al final te explican lo que pasa, te haces tus teorías y acabas entendiendo cosas que al principio parecen totalmente incomprensibles (como cuando a fuerza de ver muchas veces Ana y los 7 acabas entendiendo por qué los 7 no matan a Ana).
La moraleja es que no hay nadie desadmitido, que las conversaciones siguen adelante y que el proceso de paz parece gozar de buena salud, a pesar de que de vez en cuando surjan algunas tensiones provocadas por varias vertientes del conflicto que no vamos a describir por respeto a nuestros lectores.


Quiero comprarme una tele.
Me he convertido en mi hermano. Él me daba la brasa a mí y yo le doy la brasa a Pol, porque quiero comprarme una tele pero no sé cual. La duda es: ¿me compro una tele de 32 que está bien tecnológicamente y bien de precio o una de 42 que tecnológicamente está regular -tirando a bien- y aunque es más cara también está bien de precio?
Puedo eliminar el factor precio, porque a mí eso no me importa. Soy especialista en pagar cosas que superan mi presupuesto y que, a veces, acaban saliéndome más caras de lo normal (como la cámara digital, que me emocioné y la financié y tiene unos intereses de la hostia). Pero luego piensas ¿qué sería de mi vida si no pagara esos intereses? Pues que no habría tenido la cámara en la cena del japonés y no podría haber grabado el video "la panto es bollera" que tantos premios está cosechando por festivales de todo el mundo.

Lo de la tecnología... pues sí, es importante. Es importante cuando sabes de tecnología, cuando no, pues te da igual. Y yo estoy un poco entre las dos cosas: me importa la tecnología porque creo saber de ella pero en realidad no tengo ni puta idea y no noto la diferencia entre la i y la p y entre el 720 y el 1080 y la madre que los parió a todos. Seguro que fue la de Cifras y Letras, la Elisenda Roca.

Vocal...
Consonante...
Cifra...

¿Cifra?
Sí.
Vocal...
Consonante...
Ocho...

¡Tócate el chocho!

Al final es una pura cuestión de tamaño. ¿Quiero una tele de 32 pulgadas que está muy bien o quiero una de 42 que está MUY BIEN? Porque una de 32 llama la atención, pero una de 42 hace que te cagues con las patas p'abajo. Mi hermano dice que para qué quiero una tan grande... ¡a ti te lo voy a decir!
Es que claro, son 10 pulgadas de diferencia. Y yo después de ver a Hedwig y el cabreo que se pilló por tener 1 de más (o de menos, six inches forward five inches back) pues pienso el trauma que me puede suponer la diferencia de 10.
Claro que en 42 pulgadas hay más pínseles, ergo: más posibilidades de que salgas pínseles muertos. Pobrecillos.
¿Os imagináis un megapínsel muerto? Debe ser como una película de George A. Romero tamaño Rocky Chaparro. ¡Qué mal rollo!

El problema es que la de 42 tiene los pínseles rectangulares. Que debe ser como cuando mi madre le dice a mi padre que tiene los huevos cuadraos. ¿Un pínsel rectangular?
El caso es que en la tienda todo el mundo me dice que la de 42 es más recomendable porque la marca mola más y da menos problemas, pero también me dicen que hay otras que molan... ¡no sé qué hacer!
Acabaré yéndome a vivir a Tombuctú.

Hoy he visto Sr. y Sra. Smith, que es una película que va sobre una pareja en la que no me importaría involucrarme. Y luego he visto Stealth, que posiblemente sea la cosa más mala que he visto nunca pero me he reído de lo lindo con ese aire de "¡somos los estados unidos! ¡y podemos cargarnos lo que nos dé la gana para que no nos toquen los pínseles!"

Mi hermano y mi cuñada han venido a comer y mis padres les han dicho que ayer vieron Tapas. Bueno, vieron... más bien le hicieron una pista de comentarios porque estaba yo en mi habitación y les oía que no paraban de hablar. Es que mi padre es de aquellos que siempre lo comentan todo. Y mi madre, pues al principio no pero luego se anima. El caso es que mi cuñada me ha dicho: "Ah, yo no la he visto ¿me la dejas?" y yo, sonriente, le he dicho: "No."
Ella se ha quedado como "¿ein?". Es que ella sabe que a mí no me gusta dejarle películas a mi hermano porque siempre hace lo que le da la gana, pero a ella sí porque me las devuelve pronto.
Estábamos en que me miraba así "¿ein?" y yo le he dicho: "Es que me ha desaparecido una película y hasta que no aparezca no dejo más. O a lo mejor no ha desaparecido y simplemente es que al comprarla la caja venía vacía, pero como no es la primera vez que voy a buscar una película y no la encuentro, pues he decidido que ya no dejo más."
Todos me han mirado fijamente y ella ha dicho: "Pues me parece muy bien. Son tus cosas y no está bien que todo el mundo te las toque."

Di que sí cariño, ¡no me toques el megapínsel!

Y ahora voy a hablar un rato con el chico este que me va a hacer una demo del SPX90 que ya verás tú.

¡Viva Argamasa!

Esta chorrada fue publicada el lunes, 6 de febrero de 2006 at 00:37. Puedes dejar un comentario. Pero no seas puta y fírmalo.