Basada en una historia real, Kinky Boots (aquí traducida como "Pisando fuerte"... ¡cuánto daño has hecho, Alejandro Magno!) nos cuenta las peripecias de Charlie Price: un joven que se muere por largarse de su pueblo natal (Northampton) y alejarse del negocio familiar (una fábrica de zapatos de caballero) para instalarse en Londres con su novia (una petarda con pinta de lesbiana) y que se ve obligado a volver al hogar y a la susodicha fábrica al morir su padre. Tranquis, que así empieza la peli.
El problema viene cuando Charlie descubre que el negocio no iba tan bien como parecía... y ha de tomar una decisión para salvar la fábrica y a los que trabajan en ella.
Y es así cómo, por casualidad, Charlie conoce a Lola...

Y Lola, una Drag Queen del tamaño de Texas, necesita unas botas decentes porque las suyas se rompen cada dos por tres...
Y es ahí cuando Charlie cree haber encontrado la solución a los problemas de la empresa: tal vez sea momento de hacer calzado de mujer para hombres.

Kinky Boots no es un peliculón. Si os la recomiendo no es porque me parezca que va a crear escuela, sino porque es una película simpática, divertida, sin pretensiones y muy muy entrañable.

Además Lola es cantante y de vez en cuando nos deleita con interpretaciones de temas tan ultra-petardos como el Yes sir, I Can Boogie, el Together We Are Beautiful o el clásicazo: Whatever Lola Wants (Lola Gets...)

A Lola, el mejor personaje de la película obviamente, la interpreta Chiwetel Ejiofor. Chiwetel (que se llama así porque su madre era muy mala persona) es este actor negro que últimamente sale en todas las películas. Es como Toni Collete hace unos años, que película que veías película en la que estaba ella. Pues total, que ves Hijos de los Hombres ¡y allí está Chiwet-él! Ves Serenity ¡y allí está Chiwet-él!. Ves Plan Oculto ¡¡¡y allí está Chiwet-él!!!

Lástima que Lola sea un estereotipo casi tan grande como la cabeza de Chiwetel. Un pobre joven gay (o no... no acaba de quedar claro... tiene más pluma que todo el barrio de Chueca junto, pero si no recuerdo mal hay un momento en que se insinúa que le van las tías...) al que le encantaba bailar y ponerse zapatos de mujer y al que su padre trataba fatal y le obligaba a pelear y ser todo un machote y ¡ay qué trauma más grande tengo!

Ese trauma se supone que luego sirve para contar una historia de marginación y BLA BLA BLA en la fábrica de Charlie, pero la verdad es que nos da igual. Lo que queremos es que Lola nos deleite con sus maravillosos consejos para ser toda una diva:
"Si una Drag Queen se pone un traje y una peluca, parece Kylie. Pero si un travesti se pone un traje y una peluca, parece Boris Yeltsin."

Charlie es un poco pavo. Es como si fuera de Huesconsin de toda la vida y no hubiera salido nunca de allí. Tal vez por eso le tengo tanto cariño a esta película: Northampton es para Londres lo que Huesca es para Barcelona. a Charlie lo interpreta el actor que hizo de Tío Owen en la nueva trilogía de la Guerra de las Galaxias. ¿Y eso nos importa? No. Porque nosotros queremos VER A LOLA. Queremos oír a Lola y queremos oírla cantar.