Es que estoy tan estresado últimamente que por la noche ni me acuerdo de escribir en el blog.
Y la verdad es que tampoco hay mucho que escribir. Antes cualquier cosa que me pasara era todo un acontecimiento social, ahora ya... no.
En el trabajo todo va bien. Ayer tuve una reunión a las 9 de la mañana, reunión de personal. Todos los de la planta juntos viendo videos y comentando números. Por algún extraño motivo se han debido pensar que soy superdotado o algo porque por algún motivo se han pensado que entiendo todo lo que hablan. Que si presupuestos, márgenes, puntos... aaaaaaay, si al final tendría que haber ido a la Universidad, que ahí al menos te enseñan a aparentar que entiendes las cosas.
Vimos un video sobre una cosa, un tal Sr. X que quería comprar una cámara digital y yo en lo único que me fijaba era en: "qué mono es el vendedor" o "qué bonitas son las tiendas francesas" (porque el sr. x era francés) y al terminar la jefa pregunta:
¿Qué os ha parecido? ¿Con qué os habéis quedado? ¿Hidro?
Chan chan...
Todo el mundo me mira... y yo vuelvo 8 años atrás, al instituto, cuando la profe te preguntaba y tú no contestabas porque no le habáis hecho ni puñetero caso y veías a la hijaputa de la empollona levantando la mano (y luego cuando contestaba la zorra te lanzaba una mirada de desprecio y superioridad cuya única respuesta válida es un pollazo en toda la frente).
El caso es que después de dos o tres: "Eeeeh... pues.... no sé..." decidieron mirar a otro que respondió muy bien. Pero bueno, es que ese era encargado, se lo tenía que saber bien.
Por lo demás... todo bien. Me llevo bien con la gente, somos pocos y todos nos conocemos, somos simpáticos, guapos y agradables... cools, fantásticos, maravillosos...
Bueno, hoy he salido del armario. Uno de mis compañeros ya lo sabía, así que hablo con él tranquilamente porque ya lo conozco de antes; y en una conversación que teníamos con uno de seguridad he aprovechado para dejarlo caer. Nadie se ha inmutado. Yo esperaba gritos de sorpresa y tal pero el de seguridad no ha dicho nada. Pero seguro que luego se lo ha contado a todos y mañana cuando llegue me esperan con confetti y palomas teñidas de rosa.

Hablando de teñir, mi peluquera me ha dicho que quiere teñirme de plateado. Como lo he consultado y no hay peligro de que me echen del trabajo, me lo haré la siguiente vez que vaya. Y hoy he descubierto que la señorita Pepis (los vestigios de Mr. Pepino, que se unieron y han formado un mutante transexual) también va teñida de plateado. O vamos a la misma peluquería o todas las peluqueras son unas putas oportunistas que se saben vender.
"Tengo un tinte nuevo color plata que queda chulísimo..."

Ah! Otra cosa buena del trabajo es que nos han abierto un Starbucks al lado. El otro día vinieron a regalar Frapuccinos y nos pusimos todos hasta el culo de todo tía, fue lo más. Los guardamos en el cuartito y nos íbamos pasando todos de vez en cuando a beber café con hielo, zumo de mango o frapuccinos de vainilla. Qué maravilla. Hoy he comprado uno de fresa. Qué maravilla.
¡Viva el Starbucks!

Esta chorrada fue publicada el viernes, 10 de junio de 2005 at 00:37. Puedes dejar un comentario. Pero no seas puta y fírmalo.