Si alguien duda de que el hombre desciende del mono sólo tiene que ir a ver King Kong a uno de los cines a los que voy yo siempre, porque ahí está la clave del eslabón perdido.

Ayer salí de trabajar estresadÍSIMA de la vida; contenta porque ya me empieza a salir el lado déspota (y consentido. Una noche de invierno una anciana me pidió cobijo... ejem...) y porque puedo dar órdenes sin ton ni son y nadie se enfada. Es más, los jefazos (es más... EL JEFAZO) se comunica directamente conmigo para que yo transmita sus palabras a mis súbditos. ¡Muhahahaha! De aquí a poco dominaré una isla por ahí por las Filipinas y después ¡el mundo!

Al salir me estaban esperando Pol y Paco (el hombre de España que lo hace todo). Esperábamos que viniera Joan, que es el hombre aquel que le gustan las películas de nazis del que ya os hablé un día. Mientras tanto Pol nos hablaba de sus análisis y sus pruebas médicas (todas detalladas en un blog que tiene que sólo sé encontrar si se va directamente desde el messenger, así que no pongo el link)y nos comentaba que le dan pánico los pinchazos. Paco nos pidió que, si algún día le encuentran muerto por sobredosis, investiguemos; porque él también le tiene pánico a las agujas y no se pincharía en la vida. Así que si pasa eso, es que lo han asesinado.
¿Quién querría matar a Paco?
Investigaremos.

Fuimos a cenar al VIPS y detrás teníamos a unas amiguísimas del trabajo que iban muy guapas. Yo cuando los de mi mesa se ponían a hablar de cosas de antes de la guerra me giraba para petardear un poco y que me contaran chismes. Además descubrimos que a una de ellas le gustan las bandas sonoras y los musicales. ¡Hasta quiso ser actriz!
Pero nos dijo que cantaba mal. La respuesta fue: "¡Mira a Raphael!" Es que durante la cena les dio por hablar del Jekilijai de Raphael.

Luego fuimos a ver King Kong.
La película: LAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGA.
Me gustó, bastante. Pero le sobra como una hora. Primero les cuesta un cojón salir de Nueva York con unos planos larguísimos y unas secuencias larguísimas que no cuentan nada. Luego se suben al barco y más planos y secuencias larguísimas que no cuentan nada, pero son muy bonitas. Luego llegan a la isla y que si ahora bajamos del barco, ahora subimos al barco, ahora bajamos del barco, ahora corremos para aquí, ahora corremos para allí. Mueren unos cuantos. Seguimos corriendo, yo ahora grito porque yo lo valgo, el mono se pone cachondo, salen dinosaurios, siguen corriendo, el mono grita y yo me pongo cachonda, salen más dinosaurios, seguimos corriendo, ahora nos pegamos de hostias, los dos nos ponemos cachondos.
Y luego la parte de Nueva York otra vez muy bonita. Muy bonita, sí, muy bonita... para visitarla, porque para vivir en ellaaaaaa...

Bueno, que muy larga pero muy bonita. Que Peter Jackson haga la versión reducida y entonces me gustará aún más.

Decía lo del primo de King Kong porque delante teníamos a uno que reaccionaba igual que el mono, debía ser el que hizo las motion capture o algo del animal porque era la bomba. Cada vez que el mono hacía gruñía, se le oía un "JA-JA" a lo Nelson; cuando el mono pegaba una hostia a algo él soltaba "¡¡toma galletaaaaa!!". Yo esperaba que al final, cuando se cargan al bicho (lo siento si le he chafado el final a alguien)se pusiera como los monos en el zoo a saltar por las butacas gritando y tal y nos matara a todos mordiéndonos y pasándonos la rabia o la sífilis!!! Pero no, se fue. Al terminar la peli se fue todo el mundo y unos de detrás se pusieron a hacer los gritos de King Kong.
Lo dicho, el eslabón perdido.

Luego llegué a casa y me hinché a llorar (de verdad) con un screener de RENT que me ha pasado Pol. RENT va a ser (bueno, ya es) la película más bonita de todos los tiempos y Chris Columbus se redime de todo lo que ha hecho después de esto. ¡Viva La Vie Boheme!

Y hoy me voy de cena a casa del Jordi, a ver qué sorpresas inesperadas nos depara la velada.

¡Viva los monos de tres cabezas!

Esta chorrada fue publicada el sábado, 17 de diciembre de 2005 at 15:35. Puedes dejar un comentario. Pero no seas puta y fírmalo.