Ayer por la noche no tenía plan. Raro en mí que un viernes por la noche no tenga plan. Pero se ve que ahora mis amigos están pasando por una etapa asocial de esas que me dan a mí de vez en cuando y no tenía plan. Pero aunque no tuviera plan, yo quería hacer algo porque si me quedaba en casa sin hacer nada y sin plan, malament. Yo quería salir, quería vivir la vida, quería ser como Nicholas Cage en Living Las Vegas.
Siempre me ha dado mucha rabia esa frase de esa canción…

El caso es que a eso de las tantas de la noche mi amiga R me dice: “¿Te vendrías al centro a tomar algo y a dar una vuelta?” Yo pienso “no debería, mañana trabajo y a mí eso de salir por el ambiente no me va demasiado” pero inexplicablemente dije que sí. Cené, me duché, me vestí, me fui al metro y aparecía a la 1 de la noche en Plaza Universidad.
Al poco rato llegaron R y J, un amigo suyo al que yo no conocía. El plan era que J se reuniría con otros amigos (de cuyas iniciales no me acuerdo) para ir a la disco mientras R y Y(o) nos paseábamos por los locales tomando algo y charlando, para acabar apalancados en un banco contándonos nuestras penas.
Y más o menos eso pasó. Primero fuimos a Aire, no sé por qué. Era la primera vez que iba y me hizo mucha ilusión, lubriqué y todo. Según mi amigo R la putada de Aire es que no sabes lo que es un tío y lo que es una tía, y te acabas intentando ligar a una camionera más masculina que tú misma. Y tenía razón, porque allí no se llevan demasiado las melenas al viento.

El caso es que yo no sabía que tomar (soy un auténtico inculto en temas alcohólicos) y R me pidió un Vodka con Lima. Y yo, que soy muy de darle al drinking, me lo bebí que da gusto. No hace falta decir que, por la falta de costumbre, aquello subió de mala manera y salí de la discoteca que me daba vueltas la cabeza tía!
A R (que no Ana Rosa) también le daba vueltas la cabeza, o a lo mejor no y se solidarizó conmigo.
Empezamos a entrar en locales, de algunos no me acuerdo ni del nombre. En uno había una drag haciendo un playback de Mariah Carey y a R y a mí sólo nos preocupaba ver si se le marcaba el paquete (cosas de maricas malas, como dice una amiga lésbica mía). Luego fuimos a otro que creo que sólo entramos porque yo dije que me estaba meando y R me hizo entrar al lavabo pero yo entré y salí porque allí no me salía. En ese local creo que fue vi a uno de mis jefes. Nos quedamos los dos mirándonos en plan “¿tú qué haces aquí?”. Bueno, eso fue más bien él; yo me lo quedé mirando en plan “¿por qué será que no me sorprendo?”. Nos saludamos con un hola al entrar y al salir. Hoy me ha dicho “Hola Jordi” desde la escalera que él iba subiendo y yo estaba abajo y como yo iba con toda la resaca pues no me he enterado de quién era y he dicho “¡Hola!” así al viento como el que no quiere la cosa.
Bueno, que me voy.
Luego nos metimos en el Punto (“¡estic a punto!”) a tomarnos otro vodka con lima sentados en una mesa con 3 sillas. Me gustó mucho el punto y tenemos que volver a jugar al billar. Fui al lavabo a ver si había alguien chupando pollas pero nada, así que meé y subí a seguir riéndonos de tonterías. La cosa desvariaba por momentos y cuando llegamos al punto de las camisetas con texto “necesito follar” y las golden showers decidimos irnos. Por eso y porque cerraban el garito.
Entonces fuimos a uno que estaba lleno de locas y bailamos una canción de María Isabel, una de Rosario y salimos.
Volvimos a Aire a buscar a los demás pero nos paramos a husmear un parque para mear en unos arbustos. R que es muy fino no se salió del parterre y yo me meé por todas partes. Es triste.

Al llegar al Aire todas las bolleras habían salido así que esperamos. Cuando cierran ahí todo el mundo se va al Arena. Nos encontramos con un amigo de R que estaba por allí que luego resultó que era como Spiderman o Star Trek todo él o algo porque tú lo dejabas detrás de ti hablando con alguien y cuando seguías caminando aparecía de repente delante de ti esperándote. Era muy raro.

Entramos en una de las Arenas (no me acuerdo cual) a echar un vistazo y le expliqué a una chica muy mona que en el lavabo de hombres había un espejo. La discoteca parecía la guarida de las tortugas ninja.
Luego fuimos a la otra Arena, que a esa ya había ido yo una vez. Habían cambiado el suelo (ahora era suelo de verdad) pero seguía sin gustarme.
Cuando encontramos a J y sus amigos nos salimos al banco y al sentarnos nos entró hambre y a mí más ganas de mear.
Empezamos a andar y entramos en una tienda muy pequeña de 24 horas. Había mucha gente y 2 cholos. Uno estaba muy bueno pero daba mucho miedo. Me compré una coca cola y un sándwich de no sé qué con huevo.
Nos sentamos en un banco a ver cómo un taxista esperaba a alguien. Pensamos que sería a una vieja del Eixample de estas pero resultó que esperaba a una parea de bears que iban con gorros de cowboy. Se me atragantó el sándwich.
Entonces R y yo hablamos de alquileres y demás. Mi hermano y mi cuñada se compran un piso y me alquilan el suyo, pero me lo alquilan muy caro y no puedo compartirlo. Así que o mi madre hace una obra de caridad o me ascienden en el trabajo (hoy ya he sentido el stress de ser responsable de un equipo sin que te paguen por ello). Seguramente será lo primero.
Uno de mi trabajo quiere compartir piso conmigo, pero yo no quiero compartir piso con él. Yo sólo compartiría piso con R o con J (no el J de R, sino el J de mí) que para eso son gays. Y aún así ya lo vería raro ya.
¿Por qué todo el mundo quiere compartir piso?

Cuando me acabé el sándwich ya era tarde, cogí un taxi y me vine a casa. El taxista me daba mucho morbo y yo iba todo el rato pensando que tendría gracia que no me pudiera dar cambio y que yo le dijera “pues tengo otra forma de pagarte” y que entonces nos lo montáramos en el asiento de atrás (¡Violación en la plaza mayor, romería de sexo y pasión! ¡Puta!). Pero se me cerraban los ojos y se me iba la cabeza para atrás. Me di con el respaldo en la nuca 3 veces. ¡Nunca mais!
Llegué a casa y me fui a dormir. Bueno no. Llegué a casa, me hice una paja y me fui a dormir.
Me levanté 4 horas más tarde porque algún cabrón me llamó 2 veces al teléfono y cuando descolgué me colgó. Me he duchado y me he ido a trabajar con toda la papa. Uno de mis compañeros estaba estresado y me gritaba porque estaba empanado ¡¿y qué esperaba?!
Me han gritado mucho hoy. Luego me ha gritado por una alarma y me ha echado la bronca pero como yo respeto a la gente pues no le digo nada me callo y paso de todo que no vale la pena estresarse.
Luego me he comido otro sándwich hecho por la Pili y un café y un agua y me he despejado. Me he estresado esta tarde porque de repente toda Barcelona ha venido a comprarse monitores y yo no daba abasto porque los de mi curro no trabajaban y yo me estaba estresando.
Finalmente he salido de trabajar y me han venido a buscar y he venido y he arreglado la tarjeta uirelés que iba muy lenta y ahora me voy a dormir.
Mañana voy a comer a casa de mi primo allá en TAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRASSSSA (como lo dice el de la megafonía de la RENFE).
Y eso.

¡Viva los tabiques de plata!

P.D.: R, tenemos que volver a salir. Pero esta vez salimos bien. No mal. ¡Bien!

Esta chorrada fue publicada el domingo, 11 de septiembre de 2005 at 00:38. Puedes dejar un comentario. Pero no seas puta y fírmalo.