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El guardián de la cripta

¡¡PREPARAOS!! para un relato de terror, espanto y pavor más allá de los límites de la cordura humana. Una historia que cambiará el rumbo de las vidas de sus participantes y marcará un hito en el devenir del mundo.

¡Faltan tres segundos para el fin del mundo!

One...

Two...

Three...

Aaaaaaaah!!!!



El jueves por la noche resulta que era la cena de despedida de la Neus, una cajera de la tienda que se va a trabajar de redactora a El Terrat y está enchufada en no sé qué programa de La Sexta que se inventan las encuestas y tal.
Un día antes (o dos, no sé, con estas fiestas tan raras por ahí metidas este fin de semana no sé ni en qué día estoy) yo había ido histérico a comprarme una camisa negra porque negra tengo el alma y porque quería estrenar mi corbata blanca. Y no sólo quería estrenarla, es que es la única corbata que me queda porque mi hermano me las ROBÓ todas. Bueno, me robó 2, pero teniendo en cuenta que tengo TRES, pues ya es mucho.
Primero fui al Celio, pero allí no había camisas negras. Me fui al H&M y encontré una. XL, manga corta... me la probé y no me quedaba del todo mal (aunque era ajustadita) pero podía llevarla abierta, aunque eso significara no llevar la corbata. También me compré un cinturón blanco que días atrás la Laia me había dicho que no me comprara.
Aburrida como estaba, me fui al Springfield (excelente...) a ver si por casualidad veía algo y si no veía nada, a comprar calzoncillos. Mientras rebuscaba entre las camisas vi una negra en un maniquí que me dejó prendado. El maniquí debía pesar 50 kilos menos que yo, pero yo quería esa camisa.
Así que busqué y busqué... y encontré la XL.
Mmm... es Stretch Fit de esas, y a mí eso del Stretch nunca me ha quedado bien... me la probaré por si aca... ¡Espera! ¡QUÉ VEN MIS OJOS!

¡¡¡¡¡¡UNA XXL EN EL SPRINGFIELD!!!!!!!

La cogí, me la probé, me empalmé viendo lo bien que me quedaba, la pagué y me fui corriendo ¡y hasta me hice la tarjeta del Springfield! No sé para qué, pero si me aseguran que tienen tallas XXL ¡me apunto a un bombardeo!

JUEVES NOCHE:
Salgo de trabajar y están todos fuera esperándome. No puedo hacer salida triunfal porque no llevo la corbata atada, pero todo el mundo me dice que voy muy guapo. ¡Pues claro!
En una bolsa llevo la camiseta que me he quitado, el desodorante, la colonia y un pack de películas de John Wayne que le iba a regalar a mi padre al día siguiente.
La idea era dejar la bolsa en el coche de alguien que se viniera de fiesta hasta las tantas y luego recogerla antes de irme.
Obviamente en ese plan no entraba el "me voy a ligar a un maromo con un ático en Pedrables y no podré recoger la bolsa". Pero en el supuesto caso de que apareciera dicho maromo la bolsa me iba a importar una mierda, a la colonia le podían dar por el culo ¡y no cuento qué podían hacerle a John Wayne! ¡¡UN ÁTICO EN PEDRALBES!!

Divago.

Fuimos a cenar al chino. Al mismo chino de siempre. Ahí sí que tendrían que hacerme la tarjeta porque si me dieran puntos cada vez que vamos ahora tendríamos suficientes para montar un templo budista con monjes cantores y todo.
Salimos del chino y nos fuimos en coches hacia el centro a ver qué pasaba. En ninguno de los coches había Hung Up, pero en el de la Neus había un Greatest Hits de Madonna, pero el primero, el que tenía todas las canciones de cuando yo aún usaba pañales.
Cantábamos el estribillo y cambiábamos de canción porque no nos las sabíamos mientras la Neus se saltaba semáforos y provocaba las iras de los conductores y las putas de Barcelona.

Llegamos al centro y fuimos a tomar algo a un local HORROROSO de cuyo nombre no me acuerdo (¡gracias a Dios!) que era lo más HETERO que uno se podía echar a la cara. Hasta ese momento claro, porque luego sí que vino el momento TERROR ESPANTO PAVOR, pero eso es otra historia.
En el local este la gente me daba miedo y la música era de hooligans ingleses y yo presentía que me iban a matar, así que en cuanto pudimos nos largamos y despedimos a la María que se intentaba ir mientras el Roger y su amigo el chulazo se la intentaban ligar.
Entonces yo dije: "Vamos al Arena" y se empezaron a quejar y yo les di tres hostias a todos y se callaron. La única que no se quejaba era la Cris, pero es normal que no se queje porque ya os dije que es un poco puta.
Llegamos a la puerta del Arena y yo estuve a punto de partirle la cara al Álex que no paraba de decirme que a ver qué hacía él en un local de gays porque le iban a meter mano y lo iba a pasar muy mal. Me dijo algo así como: "A ver lo que hacen ¿eh? Voy a ir pegado todo el rato a la pared" y yo le contesté algo así como: "Haces bien, porque ahí dentro van todos con la polla al aire y empalmados esperando a ver un agujero para endiñártela hasta el fondo."
Al llegar a la puerta la gente se quedó fuera. Yhttp://www.blogger.com/img/gl.link.gifo y la Judith fuimos a entrar y alguien preguntó: "¿CUÁNTO VALEEE?" y el segurata dijo: "DOCE EUROS" y todos dijeron: "¡¡JAAAAAARL!!" y se fueron.
Y yo me quedé en la puerta cagándome en sus muertos.
La Judith dijo que podía conseguir entradas para un sitio que ella llamaba "el ejkuuuul" y yo, como no habían parado de hablarme de la Taberna del Yoyas y de no sé qué de los Piratas, pues pensé que íbamos a la isla Skull a ver a King Kong.
Pero no, acabamos metidas en el Balmes School. O lo que es lo mismo: Túnel Balmes Reloaded.
Para que os hagáis una idea del horror que me supuso entrar ahí, visitad la web.

Las entradas que consiguió la Judith eran las mismas que conseguía todo el mundo. Cosa que me hizo sospechar que no tiene tanta influencia como nos hizo creer a todos... Mmmm...

Antes de entrar yo había decidido que, para no pagar 3 guardarropías, iba a dividir mis posesiones más preciadas entre todos los asistentes. Así mi camiseta fue a parar a mi bolsa, el desodorante al bolso de la Judith, la colonia a la bolsa del Sergi y el pack de John Wayne al de la Cris. La bolsa en sí misma (del Springfield -excelente...- por cierto) acabó doblada en mi misma bolsa.
Entonces, a causa de esta paradoja (la bolsa en la bolsa) el continuo espacio tiempo se replegó y morimos todos en vuestra dimensión y reaparecimos en una dimensión paralela en la que Ana Obregón ES UN TÍO.

Bromas Einsteinianas (¡Ja ja!) a parte, el local era una MIEEEEERDA.
Para empezar la gente daba miedo (MIEDO DE VERDAD), el sonido era una mierda (y nada más entrar un altavoz rechinó detrás nuestro y casi nos caemos del susto). Delante nuestro había una rampa por la que podríamos haber caído y haber muerto... ¡PERO NO! ¡Porque el suelo estaba pegajoso y por allí no resbalaba ni Paco Clavel cantando la Bien Pagá!
La música, obviamente, era otra MIEEEEEEEEERDA.

Judith, yo te quiero mucho. Me caes muy bien. Pero la próxima vez no elijas el sitio ¡por favor!

Además el sitio tenía 2 cosas que no soporto:
Una es que es de esos sitios en los que no puedes mirar a ningún tío porque TODOS se quedan con esa cara de "¡te voy a mataaaaaar!", sobretodo si vas con una cresta hacia el lado (que me quedó MEGA FASHION, vaya desperdicio de peinado) y una corbata blanca.
La otra cosa es que el Dillei (por llamarlo de alguna manera) NO SE CALLABA NI DEBAJO DEL AGUA.
Era el típico que, canción que ponía, canción que soltaba el: "VENGA TODOS LAS MANOS ARRIBAAAAAAA!!!"
Además el tío estaba pinchando como en una especie de mesa del Conforama, con los platos del año de Mari Castaña y era FEEEEEOOO como él solo. Cuando todo el mundo sabe que los Dj's, aunque no sean guapos, han de tener un morbo especial que te haga decir: "Hey, Mr. Dj, put a record on... I wanna dance with my baby..."

Por supuesto hubo ración de reggeaton (que yo ahí casi desaparezco tragado por la tierra).
Para compensarme la Judith me pidió el Hung Up y a mí me dio tiempo a hacer medio paso de baile por que el hijo de la gran puta la puso a 7200revoluciones y para cuando empezó el "tirurí tirurí" ya estaba por el "I can't keeeep on waiitiiing" ¡Y SE ACABÓ!

Luego vino el momento desbandada, cuando la Neus y la Cris y unos cuantos más decidieron irse. La putada: que la Cris me soltó el pack de John Wayne ahí en medio y me tuve que tirar una hora moviéndome (que no bailando) con John Wayne en la mano.
Yo para disimular, cada vez que alguien me miraba, les gritaba a todos mis amigos: "¡¡GRACIAS CHICOS, SOIS MARAVILLOSOS!!" y la gente se pensaba que el regalo era mío.

Luego salimos, nos separamos y yo me fui a coger un taxi.
¡PERO NO HABÍA TAXIS!

¡¡¡NI UN PUTO TAXI!!!

No paraban de pasar, pero todos con la luz apagada. Yo empecé a dudar si no habían cambiado las normas de coger taxis y ahora los que tenías que levantarles la mano eran los de las luces apagadas. Me estresé y me puse a andar y me encontró con la Judith, la Laia y la Maricel que se habían equivocado de parada y ahora estaban esperando el bus.
Cuando se fueron yo seguí andando, me peleé con unos guiris por ver quién se ponía mejor para parar un taxi, pero como no venía ninguno me fui al metro. Y detrás mío vinieron los guiris.

Luego me bajé en mi parada, me vine para casa PELAO DE FRÍO y me metí en la cama.

El viernes hubo comida familiar, le regalé a mi padre el pack de John Wayne, que olía a tabaco pero eso le daba un aire más rudo al pack en sí mismo, y luego vimos Elizabethtown que a mí me sigue pareciendo una de las películas más bonitas que se han hecho en años y a mi madre le pareció "un rollo".

Al día siguiente, sábado, trabajé. Lo mejor que me pasó fue: que fui a comer al McDonald's (es que hacía mucho que no iba), que la Nuria me hizo un Jorja en la cafetería (pero no fue un Jorja Saturday Afternoon Fever, porque estábamos de servicio) [algún día os contaré los de los Jorja] y que luego la Cristina me contó que una persona le mandó un mensaje tirándole los trastos y la tía se pensó que era yo y le contestó:
"Jordi, ¡así es como te vengas por dejarte bailando con John Wayne!"
No quiero imagina la cara de TERROR que puso la persona que le mandó el mensaje al recibir esa respuesta a sus halagos. ¡JOHN WAYNE! (ERA UN PETIT INDIIII)

Y ahora os tendría que contar lo del sábado por la noche...

Pero lo dejaré para otro post porque éste ya es lo suficientemente largo y me duelen los dedos de mecanografíar. PORQUE YO MECANOGRAFÍO. Y del Caserío me fío.

Lo del sábado no es un cuento de terror, es un drama social a lo León de Aranoa que habla de los efectos del alcohol.

Se llama: "Los lunes, alcohol".
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18 abril, 2006 21:54

Como psicólogo te ofrezco toda mi ayuda para superar todo lo del antro hetero, que seamos sinceras, es un shock. Ccomo chafarda te pido que cuentes que pasó el sábado.    



19 abril, 2006 00:33

IGUALMENTE ARENA ES LO PEORRRRRRRRRRRRR    



19 abril, 2006 00:59

ES INJUSTO.
TODO ESO SON MINUCIAS! EXPLICA ALGO REALMENTE IMPORTANTE!
EXPLICA QUE TIENES UNA MEDUSA LUSA!!!!    



19 abril, 2006 23:37

Una XXL!

Me reafirmo en la fotofake :D    



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