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De fiestas, sofás, cabreos, reuniones y familias varias

Vaya fin de semana que he pasado. Estoy estresado. ¡Estresado!

El jueves por la tarde salí de trabajar y no recuerdo por qué acabé yendo de compras con la Laia. Me compré un par de camisetas (que me quedan relativamente mal), un cinturón y le regalé una gorra a la Laia que le quedaba muy bien.

Luego fuimos a tomar algo por ahí pero no sabíamos a dónde ir y pensamos que estaría bien ir a dar una vuelta por ahí con el coche de la Laia mientras escuchábamos música. A la Laia se le acabó la gasolina y a mí me entró el pánico porque estábamos en mitad de la autopista. Salimos en la primera salida y acabamos encontrando una gasolinera asesina.

La llamamos así porque es la típica gasolinera en la que te despistas y ¡tan matao!

La Laia se bajó a pagar y yo me quedé en el coche aterrorizado y aguantando el bolso. Estuve a punto de tragarme el DNI, para que si me mataban al menos reconocieran mi cadáver, pero pensé que si no lo hacían luego tendría un problema para sacarlo así que no lo hice.
Entonces la Laia me dijo que saliera porque ella no podía meter el pitorro de la manguera.

...

...

Sí, ella me pidió que no lo contara pero ¡tengo que hacerlo!

Resulta que tal y como estaba parado el coche no había forma física de que la manguera llegara hasta el agujero de la gasolina. Había caído un chorrillo en el suelo, así que la Gasolinera Asesina se convirtió en la Gasolinera Explosiva, porque en cuanto nos fuéramos yo tiraría una colilla (aunque no fumo) y todos saldrían volando por los aires.

El caso es que mientras nos peleábamos con el agujero de la gasolina alguien se rió. La Laia oyó que alguien se reía, yo como también me estaba riendo pues no oí nada. Según ella fue un cholo que teníamos detrás. Entonces ella, del cabreo, consiguió meter la puta manguera y se puso a insultar al tío en voz alta.
Así fue como la Gasolinera Explosiva volvió a ser la Gasolinera Asesina, porque nos iban a matar.
Pero no nos mataron.
Cuando pusimos la gasolina nos metimos en el coche que olía a gasolina y prometimos no fumar ni encender velas ni incienso ni nada.
Entonces empezamos a dar vueltas y acabamos en Montgat, delante del cementerio, y luego volvimos y ya me vine para casa.

El viernes tuve una reunión en el trabajo que acabó como acaban últimamente todas las reuniones en el trabajo. No digo nada, que luego todo se sabe. Aunque llevo 2 días rajando por todas partes sobre el tema, así que no creo que pase nada. Pero bueno.
Salí tan cabreado que fui directo al IKEA a comprarme un sofá rojo. Y estaba TAN cabreado que lo monté en 40 minutos. Cierto es que un tornillo no entró y se cargó una tabla que crujió como las articulaciones de Jessica Fletcher, pero ahí está el sofá que aguanta lo que le echen.

El caso es que el viernes por la noche había una fiesta que organizaban los de Palm porque era su décimo aniversario. Yo llevaba una semana diciendo que no iba a ir pero a última hora me enteré de que iba media tienda y me apunté. Así que cuando terminé de montar el sofá me duché y me puse así en plan tirao pero arreglao (en realidad era plan más tirao pero tirao, porque me iba a poner mega fashion pero pensé que entonces destacaría demasiado porque la mayoría de la gente iba recién salida de trabajar, y decidí no llamar la atención).
Fuimos a la discoteca en cuestión montando una procesión de coches, porque éramos 11 personaes y llevábamos 5 o 6 coches. El que se suponía que sabía a dónde nos llevaba se equivocó y nos pasamos la salida 3 veces, así que cuando nos cansamos de ir todos en fila empezamos nuestra carrera de Autos Locos y nos dispersamos a ver quién llegaba antes.
De vez en cuando llegabas a una rotonda y veías a otro coche de los tuyos que el conductor nos gritaba: "¡¡POR AHÍ NO EEEEEES!!" Y dábamos la vuelta.

Huelga decir que, por supuesto, ganó mi coche. Porque teníamos el TOMTOM pero no servía de nada y fui yo el que interpretó el mapa.

En la fiesta en cuestión me lo pasé muy bien. No había mucha gente y tuvimos dos horas de barra libre. Me puse hasta el culo de todo tía, fue lo más. Bebí tanto que ni me acuerdo. El DJ era un poco puta y no me puso la Madonna cuando se lo pedí porque ya la había puesto (fue la primera que puso cuando la gente aún no había bebido y yo aún tenía cierto sentido del decoro y el amor propio y no me iba a poner a hacer el baile ahí subido al pódium).
Cuando ya iba borrachillo sí que me subí al pódium y no había manera de bajarme. Me tiré como 2 horas ahí arriba dale que te pego sin parar de bailar, y todo el mundo me miraba y yo pues ya ves, en plan Superstar por la vida.

Entonces me pasó algo curioso. Algo curioso que creo que es la anécdota que más he contado este fin de semana, seguro que todos lo sabéis ya pero lo vuelvo a contar. Para las de fuera.
Se subió un tío y se puso detrás mío. Yo me fijé que junto a él se puso otro que bailaba en ese plan de "Estoy haciendo el pena para que la gente se fije en la otra persona". También vi que al pie del pódium había un par de chicas que los miraban riéndose.
El amigo del primer tío que subió se bajó y se quedó junto a las dos tías, mirando al otro tío. Yo seguía bailando dale que te pego. Al rato el grupo de amigos a pie de podium era más numeroso.

Entonces vi que todos los míos se iban y se olvidaba de mí, así que bajé del pódium y, a mis espaldas, oí: "¿¡YA TE VAS!?"
Yo me giré y me quedé mirando al tío con cara de: "¿Queeee?" Pero como iba borracho debí poner cara de "¡Tío! ¡Mola!"
Los amigos se pusieron a mirarme y todos dijeron: "¡Oooooooooh!" Pero no me lo decían a mí, se lo decían a él.
Me costó un poco darme cuenta de que aquel tío se había tirado media hora intentando ligar conmigo y yo iba tan mal que ni me había dado cuenta. Entonces me empecé a hacer el interesante paseándome por delante suyo pero el tío se me quedaba mirando con esos ojos de: "Dime algo que yo no me atrevo" y yo no le miraba (y te preguntarás ¿y cómo le veías los ojos si no le mirabas? ¡porque yo lo veo todo aunque no mire!) y entonces me fui.
Alguien se dejó un jersey y yo me ofrecí a acompañarle y volver a pasearme por delante de mi flan. Estuve a punto de pedirle el teléfono, pero pensé: "Nena, vas borracha. No te montes películas que las lechuzas no son lo que parecen." Y no le dije nada.

Total que volví a casa y dormí 3 horas y media antes de levantarme para volver a trabajar.

Después de estar todo el día trabajando el plan era volver a casa, cambiarme y volveeer al trabajo (VOLVEEEEEEEEER....) porque nos íbamos de cena para despedir a la Anica de Cajas (¡CHANANTEEE!) que se va de la tienda. Pero no sé cómo me convencieron para no irme y me quedé en la cafetería tomando un café mientras jugaba al solitario en la Palm.
No me tocó ninguna en la fiesta de Plam, simplemente me compré una TX hace nada.

El caso es que primero fuimos a casa de la Mari a tomar algo y yo aproveché para poner a parir a todo el mundo y contarles a todos lo quemado que estaba por la reunión del día anterior.
Luego fuimos a buscar a la gente y nos metimos en el Chino Catalán, que es un chino muy guay que hacen comida china y comida catalana, pero yo sólo voy a comer china, que para comida catalana ya estoy yo.
Nos lo pasamos muy bien y estreché los lazos de amistad (tú, lo que tienes que hacer...) con la Cristina de DVD's que es lo más de lo más. Durante la cena la gente se puso a decir frases de películas y todos decían cosas de La Princesa Prometida, de El Apartamento, de películas de Tarkovsky... y yo sólo me sabía frases de Los Ángeles de Charlie: Al Límite, Escándalo en el Plató y Romy & Michelle.
Luego la Cristina, que es lo más pero es un poco puta, me convenció para que fuera a tomar algo con la gente y fuimos a Marina y acabamos en el Dixie (y Pixie) que es una nave industrial llena de HIPPIES y de pijos que van de HIPPIES y de piojosos varios en la que no se entiende qué canción ponen pero los cubatas son baratos.
Yo no bebí nada por dos motivos:
1.- Porque mi cuerpo aún no había asimilado el alcohol del día anterior.
2.- Porque vete a saber lo que te ponen en los vasos por 3 euros y medio.

Acabamos sentados en una mesa, yo explicándoles las canciones de Spamalot! y con la Cristina sentada en mi regazo mientras berreábamos canciones de Chico y Chica. ¡Por fin alguien que los conoce!

Luego volví en Taxi con Ana y cuando el taxista la dejó y me llevó a mí intentó hacerse el longuis y casi me da una vuelta que no veas para cobrarme más pensándose que estaba borracho; pero yo no estaba borracho, estaba agilipollao, y me quité la gilipollez de encima y le dije: "¡Por ahí no!" y llegué antes y pagué menos.

Y hoy me he levantado tardísimo, pero relativamente pronto. Vamos, que eran las 2 de la tarde (tarde) pero teniendo en cuenta el historial del finde podría haberme levantado a las 5 o así.
Me ha extrañado que mis padres no vinieran, así que he supuesto que se quedaban a comer en el Palacete.
En un principio no me ha importado que hubieran quedado todos para comer y hubieran pasado de mí olímpicamente, pero cuando me he dado cuenta de que no había comida en casa pues me he cabreado.

Total que a las siete y pico, cuando yo ya iba por la mitad de King Kong, han llegado se han sentado para ver el final y no parar de hablar y tal y yo me he venido a jugar con la Lara Croft. Al rato mi madre me ha preguntado si iba a cenar y le he dicho que sí, que tenía hambre porque no había comido nada y ella se ha hecho la sueca y se ha ido para la cocina.
Luego le he dado las gracias por avisarme y me ha dicho que no me han dicho nada para no despertarme. Le he recordado que, normalmente, a las cuatro suelo estar despierto y habría sido todo un detalle no ya contar conmigo para las comidas familiares, sino avisarme de que se celebran para poder decidir si me apetece ir o no. Total, luego aunque decida que no me apetece me obligan, así que...

Es la segunda vez que lo hace (mi madre). La semana pasada cuando fui a comer al Palacete fue porque mi padre se acordó de que tenía otro hijo, no porque mi madre dijera nada. Ella me dice hoy "¡No te dije nada para no despertarte!" y yo le he recordado que lo hablamos el sábado por la noche, así que poco me iba a despertar a esa hora.

Pero bueno, que me he cabreado y ellos se han cabreado porque mi cabreo les ha parecido muy violento (total, sólo he pegado un portazo, he cerrado violentamente 3 armarios, casi rompo una barra de pan y le he pegado una patada a una silla) y yo me he venido a la habitación del SOFÁ ROJO a ver Dickie Roberts: Ex Niño Prodigio.

Y ahora me voy a sentar al sofá... a... hacer algo.

¡VIVA EL IKEA!
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12 abril, 2006 00:30

Jajajajaja!!

Ma encantao lo de: que es lo más pero es un poco puta.. jajajajaja.

Tenemos que salir a perrearrrrrrrr!
Y me tienes q grabar cancioncillas.

... No veo donde está el negocio ...

Así me lo aprendí yo.

Kris.    



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