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MODA-IBIZA-LOCOMÍA

Si ya lo sabía yo... ya sabía yo que necesitaba esto en mi vida:



¡Noooooo!

No una mujer... ¡un abanico rojo!

Creo que ya ha llegado el momento de confesarlo todo. Hoy quiero confesar que estoy enamoradaaaaa... pa' callar los rumores de aquella esquinaaaaa...

Os voy a contar un poco por encima lo que pasó el fin de semana pasado, porque lo he contado tantas veces ya a gente que (creía) eran de confianza que ya estoy hasta el coño de la historia.
Fuimos a casa de un chico que me gusta, al que le he tirado la flota pesquera Gallega (porque decir que le tiré la caña sería quedarse corto) más de una vez. Éramos unos cuantos, en el grupo había una chica que yo sabía que a este chico le gustaba. De hecho yo le dije a esa chica: "A ese le gustas... aprovecha" porque yo sabía que por mucho gallego que le tirara con ese... nada de nada.
Efectivamente, nada de nada.
El chico y la chica y la fuerza del destino plim plam.

Pero después el chico me empezó a buscar. Yo me ilusioné, pensando que a lo mejor...

Uy, me salta en el iTunes el Breathe Me de Sia... la canción con la que acaba Six Feet Under y con la que, posiblemente, más he llorado... no sé yo si eso es bueno...

El caso es que después de ilusionarme el tío resultó que no. Que sólo había jugado. Me he tirado una semana intentando entender qué coño pasaba por su cabeza para hacer algo así y he hablado con él y le he pedido que me lo explicara y sólo sabía decir que je suis desolé, sono spiacente, perdóname, ich bin kunst.

Ayer por la tarde, después de mucho meditar, mucho deprimirme, mucho pensar que yo no me merezco que me traten así y mientras sonaba en el trabajo el primer cd del A Marica Despechada No Me Ganas... llegué a la conclusión de que el tío en cuestión es un muy buen tío que había cometido conmigo el peor error que podía cometer. Pero oye, la gente se merece segundas oportunidades. Hablamos todo lo que nos quedaba por hablar, nos sinceramos todo lo que nos teníamos que sincerar (yo creo que hasta me pasé de sincero) y al final le dije que, cuando pudiera, necesitaba que me diera un abrazo. Pero un señor abrazo. El abrazo que un amigo le da a otro cuando está pasando por un mal momento.

Así que ahí quedó la cosa, a un tris de perdonarle.

Por la noche fuimos de cena. Despedíamos a la Ana que ha encontrado un trabajo de lo suyo (es una de las cosas que me gustan de mi trabajo, para el 90% es algo temporal hasta que encuentren algo de lo suyo, para mí... es lo que hay hasta que me dé la gana) y se nos iba de la tienda después de año y medio. Ay mi Ana... cómo me la quiero.

La cena ya se planteaba como una situación incómoda para varios de los comensales. Muchos dimes y diretes encima de la mesa del chino. Yo me pegué a Kristinita Percances porque teníamos un plan: en cuanto termináramos de cenar nos largábamos a Aire y después a Arena, lo más rápido que pudiéramos para evitar que se nos encalomara nadie (sobretodo el chico, la chica y la fuerza del destino, que estaban sentados unas sillas a la derecha).

Durante la cena (yo me senté expresamente en la punta de todo pegado a la pared, para reforzar mi imagen de marica asocial, surgieron varios comentarios que, sinceramente, ahora mismo no recuerdo y que no me hacían mucha gracia. No acabé de entender lo que estaba pasando, pero creo que la gente en la que confiaba abusó del lambrusco y acabó diciendo cosas que no debían. Como ya he dicho, no recuerdo lo que fue, pero sí recuerdo las miradas, los comentarios en voz baja y la sensación creciente (de hecho toda esta semana he tenido esa sensación) de que todo el mundo me mira. Paranoika Propecia Gonzalez, ese es mi nombre ¡ya se lo he dicho!

Lo que sí recuerdo es decirle a la Kris: "Kris... se ha quedado a esto (-) de que le perdonara". No sé qué fue, pero algo dijo que no me hizo gracia y que me sentó como si de repente se estuviera riendo de todo lo que habíamos hablado esa misma tarde.

La Kris se cagó en mí, me dijo que era un cansino y me echó la bronca: eso me pasa por hablar tanto. Y tiene razón. Según ella, se lo he contado a tanta gente (aunque en realidad no ha sido taaaanta, pero sí tal vez más de los que necesitaban saberlo) que al final se ha convertido en algo trivial, algo de lo que hacen coña.
Ahí empezó el viaje que hice anoche, porque resultó que Kristinita Percances es, en realidad, el Maestro Yoda.

En cuanto pagamos la cena ella y yo nos levantamos y gritamos: ¡Nos vamos! Y nos largamos corriendo del restaurante. No fue una salida muy educada, pero sí muy glamourosa. Dejamos a todos colgados, no nos despedimos de la Ana (que al final a la pobre le quedó una cena de despedida un poco... triste... a ver si le compenso) y más de uno se quedó, seguro, con ganas de seguirnos.
El chico este se levantó, me miró y me dijo: "¡No te he dado el abrazooo! ¡Ven aquí! ¡Ven aquíiiiiiii!" Por lo visto no se dio cuenta de que a mí el rollo abrazo Paquito-El-Chocolatero no me va.

Corrimos hasta el metro y nos fuimos pa'l centro. Casi se mata un hippie que se tropezó en el vagón y nos saltamos una parada. Llamé a R para ver si se venía y me dijo que nos encontrábamos en Aire pero no nos encontramos.
Llegamos a Aire, quisimos hacer entrada triunfal por las escaleras pero a la Kris le dio por joder el momento Norma Desmond y se puso a rebuscar en su tarjetero. Le eché la bronca ¿Tú te imaginas a la Desmond buscando la Visa Oro en el monedero mientras baja las escaleras? ¡Garrula!

Dimos vueltas y vueltas, yo no bebí nada porque mi riñón no me lo permite pero me hinché a Red Bull. Literalmente. Después de 3 Red Bulls mi cuerpo estaba, literalmente, a punto de estallar.
La Kris y yo no nos podíamos creer que estuviéramos en Aire, nosotros tan cools que somos y tan freaks para lo nuestro que el otro día nos tiramos una hora riéndonos de un chiste con Dean Koontz de por medio que no le hacía gracia a nadie, bailando Grease, bailando la Shakira, pidiendo a gritos que nos pusieran el Mi mundo sin ti de la Soyaya.
En Aire ligué. Ligué con un hombre que se pasó media noche dándome culazos diciendo: "¡Perdona guapooo!. Ligué con una tía que no paraba de mirarme. Ligué con un chico poco agraciado que se quedó a cuadros al verme bailando la Kylie con un abanico rojo en la mano.

Y es que la estrella de la noche fui yo, gracias a mi abanico. Todo el mundo se apelotonaba a mi alrededor para que les echara aire (¡y nunca mejor dicho!), la gente me miraba y me apuntaba con el dedo, susurraba a mis espaldas (que es donde estaban todos, a ver si les daba el aire!!)... Me pedían el abanico para que les dejara abanicarse y me miraban con envidia y perseverancia y obstetricia.

Cuando cerraron el Aire me llamó la Stacy, estuvimos gritándonos un poco por el móvil. Meé en unos arbustos (unos que ya meé una vez con R, que no apareció por Aire) y nos fuimos al Arena. Qué de gente.

Intenté meternos en la esquina de siempre pero ya se habían metido otros. Acabamos en medio del barullo intentando no morir asfixiados. Es lo que tiene el ambiente, que aprieta.
Por ahí vi a uno de los que me había ligado. Fuimos a pedir otro Red Bull y nos tiramos una hora porque el camarero estaba al borde de un ataque de nervios. De repente empezaron a echar humo de ese de obra de teatro de Norma Duval pero a presión. Tuvimos la mala suerte de ponernos debajo de uno de los tubos esos y salió un chorro que cuando nos vimos yo tenía las gafas empañadas y a la Kris se le había quedado el peinado de Zoolander. Casi nos caemos al suelo de la risa.

Al final encontramos un sitio, junto a una columna. Estuvimos bailando y comentando con un chico y sus amigos de dónde eran nuestros abanicos. "El mío es de los chinos, me lo compró mi madreeeee!!"
Apareció un chulazo por ahí que me preguntó si no tenía calor con el cuello de la camisa levantado y yo le grité que pa' eso llevaba el abanico.
De repente, y sin saber por qué, el abanico se volvió el protagonista. La gente me lo pedía un rato, se ponían a mi lado para que les diera aire, me saludaban desde la otra punta para que les abanicara...
Entonces pusieron el MISMO remix de Alaska y Dinarama que ponen siempre, nos cogimos al chico y a su amiga, empezamos a saltar y se nos olvidaron las letras. Luego vino el reggeaton y nos metimos mano y después nos pusieron Mi Mundo Sin Ti ¡Por fin! y me lié con el chico.
A la Kris le entró la paranoia Regreso al Futuro porque yo iba con la barba a lo Abraham Lincoln y él tenía nombre de personaje bíblico y empezó a gritar: ¡Es el fin del mundo!

Se fue (él) a la otra sala (no recuerdo cual) a buscar a unos amigos que se le habían perdido y le dijimos que a lo mejor nos pasábamos. La Kris se encargó de dejarle claro dónde trabajábamos, para que venga a hacernos una visita.
Si hubiera estado borracho me habría ido con él, como no lo estaba y me encontraba mal (puto riñón!!!!!) me vine a casa que ya estábamos agobiados y la Kris estaba borracha.

En el metro me puse a escuchar Alcazar. Llegué a casa y me quedé dormido escuchando uno de los Marica Cool. Puse a bajar el cd de la Rosa, que es mi nueva diva gay, y el de la Christina Aguilera, que no me gusta pero da igual. También me bajé uno de la Sarah Brightman que me dijo la Dolly que tiene una versión del Voyage, voyage a lo canto gregoriano que es para echarse al suelo y que te pasen unos hooligans por encima. (Ese tema irá directo a alguno de los nuevos maricas cools).

El caso es que estoy contento, estoy bailando y todo lo que se puede estar. Que sabía yo que con lo de esta semana tenía que hundirme hasta el fondo porque, así, sólo me quedaría ir para arriba.

Yo quería que este post fuera divertido pero me ha quedado como muy trascendental. Bueno, de vez en cuando no va mal ponerse serio y pararse a hablar.
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01 septiembre, 2006 12:31

ES Kristinita Percances la auténtica? La de Pérdidas de orina, oro en mi piel, lluvia divina, voy a enloquecer?
Llevo cantando toda la semana eso, en el trabajo en voz baja, ya que no sé qué pensarían de mí.
Qué gran compositora, qué gran voz!

Eleni.    



01 septiembre, 2006 23:01

Lo de Rosa como nueva diga gay tengo que planteármelo... A mí este verano me ha reconciliado con el mundo la versión de Lucas que se ha marcado la mariliendre de Roser. Ahora, gracias a ellas, nuevas generaciones de gays podrán disfrutar de la misma caspa italiana que nosotros...
Suerte con próximas flotas gallegas y cuidado con la pasión por Soraya, provoca problemas de (a)dicción    



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