Finiquitemos el culebrón del cruasán. Salí el viernes de fiesta, mandé un mensaje pidiendo un cruasán y me dijeron que ya me lo encontraré, que no me lo iban a traer.

Punto y final.

El viernes Kris me presionaba y me presionaba (rollo violencia física y tal) para que saliéramos por la noche. Yo ya le había dicho que prefiero salir el sábado que no tengo que "madrugar" (y eso que yo el sábado me levantaba a las 11).
Pero nada más entrar a trabajar hubo un mal rollo laboral y me obligué a salir para recargar y para pasármelo bien un rato.

¿Por qué?

Porque yo lo valgo.

Además luego fui a cafetería a tomarme un café (valga la redundancia) y Nuria me dejó poner un cd de los 80 que se compró Carol y que tiene el Aire de Pedro Marín y me dije: A Aire.

Así que a las 10, en la calle, la Kris y yo dimos vueltas y vueltas para encontrar dinero. Primero tuvimos que hacer una parada de emergencia en un locutorio para que yo pudiera hacerme una auto-transferencia y luego encontrar un cajero. Al final llegamos al chino de siempre y decidimos cenar poco porque luego siempre sobra comida, así que arroz y tallarines y va que chuta. Luego compartimos un helado. Kris se enfadó porque quería pedir ella la bola de vainilla pero como yo me adelanté se tuvo que pedir la de chocolate.
Aprovechamos la cena para descargarnos del trabajo y quedar vírgenes y puras para el resto de la noche.

Llegamos a Aire intolerablemente pronto. Osease: no había ni Dios. Ella dijo que no iba a beber porque estaba mala del estómago, y yo empecé a darle al Ballantine's con Red Bull. Saqué mi abanico y a dos bolleras les dio por reírse. Yo le dije a Kris: "Son bolleras malas" y ella dijo: "Eso es una obviedad."
Bailamos un rato pero se pasaron de reggeaton. Además me preocupé seriamente porque la camarera me atraía sexualmente.
Con dos cubatas en el cuerpo decidí que era hora de salir de allí. Llevábamos poco rato, pero ya no aguantaba más. Y Kris no había estado nunca a horas tempranas en la Classic.

Nos fuimos, meé en un árbol y nos pusimos a componer un tema-chiste titulado: "Van Cher, su vocoder y su cirujano plástico..."

En la Classic no había ni Dios y eso nos dejó espacio para bailar los Hanson con toda la tranquilidad del mundo. "Qué buenas están las Hanson"
No recuerdo qué más pusieron hasta que aquello empezó a llenarse. Me encontré al Jordi, con su novio: Jordi. Y un amigo. Héctor. O Víctor. No me acuerdo. Acababa en "ctor".
Saludé a Lluís, que me preguntó por Laia, y le dije que me pusiera otro cubata. Kris ya no aguantaba más y empezó a beber.
A media noche nos pusieron el Criticar por Criticar y luego el I don't feel like dancing.

Y... luego nos fuimos, pero juro por Dios que no recuerdo cómo. Ah sí, en metro. Ella para un lado y yo para el otro. Llegué a casa tardísimo, me di una ducha y me fui a dormir.

Desperté a tiempo para vestirme y llegar a trabajar pronto. Ya sé el secreto para no llegar tarde: beber hasta las 6 de la mañana.

El mal rollo seguía pululando por el ambiente, así que me dediqué a no preocuparme demasiado por las cosas y a currar como una perra.

A mediodía fuimos a comer a la cafetería y vivimos un momento totalmente dantesco cuando a Nuria se le olvidó poner la bandeja de la freidora y las patatas empezaron a salir disparadas.
Luego me hizo un Jorja's Saturday Afternoon Fever y no sé de qué era el chorro que le echó, pero fuera lo que fuera desencadenó una reacción química con el alcohol que tenía yo almacenado en mis células moradas, verdes, rojas y blaaaaancas y me tiré una hora trabajando como si me hubiera bebido la mitad de la Bodega del Marqués de Cáceres.

Luego Laia me dijo que iban a salir por la noche y yo le dije que vale.

Salí destrozadísimo, vine a casa y me quedé incrustado en el sofá viendo Mentiroso Compulsivo, que no sé por qué esa peli siempre me ha hecho gracia.

Cuando había decidido que no iba a salir, me llamó Laia para decirme que Marisol (perdón, Maricel) y ella me esperaban y que si no iba era un traidor. Lo de traidor me llegó al alma: me vestí y me fui a buscarlas.
Para cuando nos encontramos Laia iba ya contenta y Marisol (perdón, Maricel) iba cargada con una botella de Granpòmier para ir ambientándonos. A mí no me hizo falta. Cogimos un taxi y nos pusimos a hablar de política. Decidimos que íbamos a votar a Esquerra Republicana aunque Carod sea un gilipollas y no haya ningún político que esté buenorro. El taxista iba un poco flipado. Pobre hombre.

Llegamos a la Classic (again) después de una parada en boxes (no contaré para qué, que aprecio a la Laia) y yo viví mi momento Deja Vu cuando miré al de la puerta y le enseñé el sello del día anterior (que sí, una es muy limpia pero hay sellos que ni a lametones!!).
Hoy sí que había gente. Era más tarde también. Fuimos a la barra a ver al Lluís para que saludara a la Laia pero no se hicieron mucho caso. Yo empecé a beber. Bailamos un rato, dimos vueltas, saludamos a mucha gente y seguimos bailando.
Una chica que veo siempre me dijo que le caigo muy bien porque siempre estoy pasándomelo de puta madre y yo le dije que, en realidad, me quería por el interés. Y es que la gente cuando sacas el abanico te miran raro, pero luego pierden el culo para pedirte que les des aire. ¡Maricones!

Pusieron Fangoria otra vez y me quedé sólo cantando porque a Marisol (perdón, Maricel) no le gustan. Salieron a fumar. Pero no iban a fumar, se iban a casa. Porque claro, a las 3 cambiamos los relojes y pusimos que eran las 2 y se pusieron como locas (yo también) a gritar: "¡¡Una hora maaaaaas!! ¡¡¡Tenemos una hora maaaaaaaas!!!" pero luego la edad les pasó factura y se fueron a las 4 (5). Yo decidí que no me iba porque era muy pronto, quería más fiesta y me volví para adentro.
Estuve un rato dando vueltas y abanicándome, conté los euros que me quedaban para ver si me llegaba para algo pero decidí que me los iba a guardar para algo más útil (comprarme el Nuevo Vale, o una peli de Woody Allen) y entonces nos echaron. Uno se cabreó porque decía que era muy pronto y tuvimos que explicarle que es que habíamos cambiado la hora.
Le conté al Lluís que me habían dejado tirada como una perra y me dijo que me fuera a la Vip, que es gratis. Pero a mí ese rollo no me va, así que salí.

Como aún no habían abierto el metro empecé a andar un poco para salir de la zona Universitat porque la gente ahí se pega por coger un taxi.
Descubrí que en uno de los cubatas debieron ponerme éxtasis líquido porque para cuando me di cuenta casi había llegado a Glorias.
Exagerada, dirás. Para nada.
Claro, iba yo toda súper puta cantando Scissor Sisters con más alcohol en vena que Sue Ellen en Fin de Año y no me di cuenta de que si no paraba de andar iba a acabar en el Montseny buscando bolets.

Cogí un taxi que pasaba por allí al que le tuve que repetir tres veces a dónde iba porque no me salía el nombre de mi calle. Esa fue toda la conversación que tuvimos. En la radio me puso música cool, que me fue muy bien para relajarme un poco y no ponerme a andar por el asiento trasero. Que no sé qué manía me entró a mí con andar ayer, coño.

Al final llegué a casa y me eché a dormir después de ordenar toda la ropa que tenía por ahí dando vueltas.

Y hoy me he quedado en casa en pleno resacón, me he tragado el Código Da Vinci y he descubierto que, de mayor, quiero ser criptógrafa de la policía francesa, que son súper ideales de la muerte y conducen los Smarts que ni el imbécil de Fernando Alonso.

Esta chorrada fue publicada el domingo, 29 de octubre de 2006 at 21:16. Puedes dejar un comentario. Pero no seas puta y fírmalo.