<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d7433086\x26blogName\x3dHidroboy+Classic\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://hidroboyclassic.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_ES\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://hidroboyclassic.blogspot.com/\x26vt\x3d731407589870964681', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

El fin de los días

Hidroboy's Greatest Hits


Ayer me fui a dormir a las 5 y media de la mañana. Hoy tenía que ir a hacer un ingreso al banco, así que cogí un despertador que había dando vueltas por casa y lo programé para que sonara a la una, y así tener tiempo de sobra.
A media mañana ha sonado el teléfono. Me he despertado, he mirado el despertador y eran las once y media. Dios, qué pronto.
Me he vuelto a dormir.
Un rato más tarde ya me he desvelado, me he levantado y he visto que eran las 12:30. No me lo podía creer: me había acostado a las tantas y me levantaba ¡antes! de que sonara el despertador.

He ido al baño y justo antes de entrar he mirado el reloj del comedor. ¿Se ha parado? ¿Qué hora marca? ¿Las 15:50? No puede ser.
Miro el teléfono. Y sí, eran las cuatro menos diez de la tarde.
¡Ay la leche!
Después de los primeros 30 minutos de pánico pensando qué le voy a decir a mi madre para explicarle que no había hecho el ingreso (que necesita para mañana) me he duchado, he sacado al perro y me he ido pitando a la peluquería.
No ha pasado nada especial hoy. Mucha gente, mucha familia y una perrita muy mona que le han regalado a mi peluquera.
Al verme me ha dicho: "¡Uy, qué pelos! ¡Te lo voy a cortar!" Yo me he asustado. Mira bonita, no me he tirado 2 meses con una cabeza que parezco un paleto para que ahora me pongas el pelo corto. así que se ha puesto a cortar y me ha dejado la parte de atrás larga "y cuando te crezca más, te dejaré crecer también lo de arriba y las patillas". Pues hala.
Ahora parece que haya metido la cabeza hasta las orejas en un bote de ácido y se me haya caído el pelo.
Pero mola, es fashion.

Mientras esperaba a que me cobrara la peluquera, ha sonado el teléfono. Era mi madre. ¡MI MADRE! Buscándome en la peluquería. ¿No os da miedo? A mí sí.
He cogido el teléfono. Ella ha intentado hacerse la dueña de la conversación, pero yo me he adelantado. "¿De quién es el despertador que había por ahí tirado?" "Uy... pues no lo sé..." "¡Pues vaya mierda de despertador que se ha retrasado 5 horas en una noche!"
Cuando le he explicado lo que ha pasado no se ha dado cuenta de que si me había levantado tan tarde no le había hecho el ingreso.
Entonces ha dicho: "¿Y me has hecho el ingreso?" (Inocente...) "No, no he podido"
Y aquí... ha empezado.
El Armageddon.
Se ha puesto nerviosa y ha empezado a gritar como una histérica. Si no llego a ser su hijo me dice de todo. Yo he intentado razonar con ella, al fin y al cabo ¡no ha sido culpa mía! Pero da igual. En un caso así no se puede hacer nada. La he dejado gritar un poco y entonces ha dicho algo que me ha molestado muchísimo: "Lo que no puedes hacer es acostarte tan tarde".
Mira, querida, una de las pocas cosas buenas que tiene ser una lacra social es poder acostarme y levantarme a la hora que ME SALE DE LOS COJONES. Si ahora va a empezar a ponerme horarios como si fuera un niño de teta... acabaremos mal. Como me he cabreado y he estado a punto de montar el numerito en plena peluquería, muy amablemente le he dicho: "A mí no me grites. Adiós." Y le he colgado.

Ahora estoy esperando a que vuelva a casa. Tengo pánico.

Si esta noche no vuelvo para explicaros qué ha pasado... es que he muerto.

O peor, me ha quemado el ordenador.

« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

» Publicar un comentario