Empiezo el post sin saber qué título ponerle.

Llevo días queriendo escribir en el blog porque ha llegado un punto en mi vida en que me sabe mal no hacerlo. Eso de saber que hay gente por ahí muerta de ganas por saber qué coño has hecho o has dejado de hacer... demasiada presión para mí.

Ara ni me acuerdo de qué fue lo último que conté, así que voy a empezar a soltar cosas tal y como me vengan. (Acabo de mirarlo: ¡hace casi una semana! Qué mal, qué mal, qué mal...)

El viernes por la noche fui con mi amigo el hetero raro a ver Blade Trinity. De la peli poco puedo decir: que es malísima pero te lo pasas bien. Con mi amigo el hetero raro me lo pasé bastante bien. Nos pasa una cosa muy curiosa. Resulta que nos conocimos cuando trabajé en la Fnac, así que tenemos unos cuantos amigos/conocidos en común que también trabajaban allí. Pues el caso es que cada vez que este y yo decidimos ir al cine un viernes por la noche, cuando ya hemos sacado las entradas, los amigos estos nos avisan de que han preparado una cena. Y el viernes no fue una excepción: cuando ya había sacado las entradas en el servicaixa me avisa uno de que es su cumpleaños y ha hecho una cena en un restaurante al lado del cine (¡ue!). Sólo pudimos pasarnos a saludar 10 minutos antes de entrar y comprobar 2 cosas:
1.- Que en el Foster's Hollywood cada día tardan más en servir la comida (habían quedado a las once y empezaban a cenar a las doce menos veinte).
2.- Que la peli de Robin Hood que están dando ahora mismo en Antena 3 es muy cutre. Ya sé que esto no tiene nada que ver con la cena de esta gente... ¡pero es que es muy cutre!

Total, que a ver si algún día puedo ir a una de estas putas cenas por que tengo ganas de sentarme a charlar tranquilamente con esta gente y sus novias. No hace falta decir que me lo pasaré infinitamente mejor con las novias que con ellos, pero es lo que tiene.

El otro día quedé con Miguel Ángel (a.k.a. La Loca Trekkie) para dar una vuelta y acompañarle a comprar unos marcos para unas cosas que quiere colgar en su piso nuevo. Después de darme una bolsa llena de material gráfico del Rocky Horror Picture Show (que a más de una os haría chorrear, estoy seguro) y una mochila llena de cómics y revistas en las que sale Elvira por delante y una china cachonda por detrás (no sé de qué lado me da más vergüenza dejarla encima de la mesa xD) fuimos al sitio más cercano al infierno que hay en el mundo: un almacén gigante de esos de los veinte duros.
¡HORROROSO!
Cuando entré me pasó como en Los Sims. ¿Sabes cuando el muñeco se mea encima y su medidor de "higiene" se pone todo rojo? Pues yo no me meé encima. Pero mi medidor de Glamour cayó en picado. ¡¿He dicho ya que fue HORROROSO?!
He de reconocer que después de un rato dando vuelta por aquellos pasillos del demonio empecé a cogerle cierto gusto a ver tanta ordinariez junta. Por suerte se me pasó. Tengo que hacer una mención especial a la maravillosa sección de juguetes, la cosa más deprimente que he visto en mi vida. Todo copias de la Barbie y de los Action Man con acabados que ni los de Manos a la Obra.

Inciso: de verdad, esta película es lamentable. Se besan Robin y Marian (que es Uma Thurman... no me extraña que luego se liara a katanazos por ahí) y aparece el sol entre las nubes y todos los del pueblo miran al cielo dando las gracias y sonriendo. Es que me imagino al director diciéndoles: "¡Mirad parriba y sonreíd, coñññño!" Y todos poniendo cara de gilipollas en el rodaje y me entra la risa.

Bueno, decía que viendo los juguetes me sentí culpable por que estaba yo ahí riéndome de todos ellos y me di cuenta de que la gente pobre (de dinero, de ganas o de amor a sus hijos) van ahí a comprar los regalos de Navidad y de cumpleaños... y los niños juegan tan contentos con un par de teléfonos walkie-talkies que lo único que van a hacer es darles un cáncer. Qué elitista me ha quedado esto. ¡Pero es que es verdad!
¡No se puede permitir! Hay que educar a la gente, hay que enseñarles. Una muñeca decente ha de costar más de 30 euros, un proyector ha de pesar más de 40 kilos y una buena polla ha de medir, como mínimo, 20 centímetros.
El que se conforma con menos de eso, es un insensato.

Ya me veo el siguiente comentario del gracioso de turno:
"Comment:
¿Y tu polla cuanto mide?"
Ven a chupármela y lo verás.

Qué ordinario me he puesto ¿no? Eso son las secuelas de la tienda de veinte duros esta, que me ha dejado marcado.

Van a dar en la tele el cine magacine este que es una mierda y un reportaje o no sé qué de la peli de Hitch... y viendo al Will Smith tengo la sensación de que hoy he tenido un sueño erótico con él pero no lo recuerdo. Qué pena... ¿Cuando piensa hacer este hombre una peli porno gay? También aceptamos una porno hetero. Una soft-porn de autor de estas que luego reciben tanto prestigio.

Bueno, voy a dejar ya de decir tonterías. Que estoy rellenando el blog más que David S. Goyer sus guiones. Y eso me parece que voy a hacer ahora. Nada de jugar a Los Sims 2 ni ver capítulos de Friends que me ha dado por descargar ahora las temporadas que no he visto: voy a escribir guiones.
En realidad voy a escribir en el de siempre, aquél que terminé pero que ahora estoy retocando. Hasta que me dé por tirarme a la calle con una cámara de video y rodarlo a lo Von Trier.
Me inventaré algún nombre cool para vender mi falta de presupuesto y crearé una...

¡Dios! ¡QUÉ BUENO ESTÁ EL PORTERO DEL BARÇA!

Hala, tamañana (que tengo comida familiar).

Esta chorrada fue publicada el domingo, 13 de marzo de 2005 at 03:28. Puedes dejar un comentario. Pero no seas puta y fírmalo.