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Apropósitamente

Estoy estresado. Ayer salí de trabajar a las 22:00 y a las 22:20 estaba en el cine viendo Charlie y la Fábrica de Chocolate. Llegué a casa a las 00:40, me dormí a la 1:20 y me he despertado a las 8:30. A las 9:30 empezaba a trabajar y salía a las 15:30. He llegado a casa a las 16:20.

A las 10:30 me ha venido un chaval a que le cambiara un mando de una play. Era el único cliente en toda la tienda, y su tono de voz no ha ayudado a que pasara desapercibido (osea, toda la tienda pendiente de mí y de mi cliente). Se le encallaban los botones. ¿Cuánto hace que lo tienes? Un año. Me lo regalaron cuando cumplí 15, ahora tengo 16. ¿Tienes el tiquet? No, mi madre lo tiró apropósitamente. Pausa. Aguántate la risa. ¿Pero lo compraste quí? No me acuerdo.
Yo ya sabía que me iba a responder algo así, pero si no se lo pregunto la anécdota se queda coja. Otra pausa, ¡no te rías! Esto no me puede estar pasando. Los siguientes 5 minutos han sido: yo intentando convencerle de que no había manera posible de que le cambiara el mando, él diciéndome que me podía quedar su mando estropeado, yo diciéndole que aunque los demás botones funcionaran yo no me lo podía quedar para ponerlo a la venta y que por mucho que hablara con mis jefes no se lo iban a cambiar.
Si eres comprensivo y amable me lo cambias.
Soy comprensivo y soy amable, pero no te lo voy a cambiar.
Se ha ido el pobre a su casa. Vivía en Vía Julia y había picado 4 veces el billete para venir.

La cuestión es que diría que el chaval era un poco retrasado; y me ha llamado la atención que viniera con el mando metido en una bolsa de donde trabajo... cuando no compró el mando ahí. Me veo a la maruja de su madre diciéndole: Tú ve y pídeles uno nuevo, que te lo dan. Seguramente es de las que piensan que todo en la vida es como en El Corte Inglés, que a la que lloras un poquito te cambian hasta los empastes.
Oiga perdone, mi vida es una mierda ¿me la cambian? ¿La compró aquí? No. Y hace mucho que la tengo, pero es que últimamente no está muy fina. Uy... pues no sé si se la puedo cambiar... que ya está muy usada. ¿Puedes hablar con el encargado? Es que le va a decir lo mismo. Bueno, pues iré a poner una reclamación. Mire tranquilo, ya le dejo yo la mía. Tenga póngase este traje azul petróleo tan bonito que yo me pongo su chaqueta llena de agujeros y me voy a pedir a la puerta del metro. ¡Gracias por su visita!
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