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Las Ramblas son un invento del demonio

NEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEENASSSS!!!!

Que he estado un montón de horas sin internet y ya no podía hacer nada. Ayer me lo decía una clienta: (con acento muy catalán) "Cualquieeeeer diaaa se va la lusss y se acaba el mundo" y yo le digo: "Señora, yo llevo unos días sin internet y estoy que me subo por las paredes ya"

Os tenía que contar lo del jueves. El jueves yo entré a trabajar y como no me daba tiempo le dejé al Lluís 2 euros para que le pagara a la Piluca un zumo de naranja natural que había estado yo tomando y meneando con una cuchara gigante de estas que parecen echas por el Gegant del Pí (ara balla, ara balla). El Lluís aprovechó el cambio para sacar tabaco y me dijo que me debía 30 céntimos.
Yo no me acordaba y al salir de trabajar fui a la máquina a sacarme una coca cola y metí el euro que tenía para el metro. Y al sacarla me di cuenta de que no tenía suficiente para el billete y yo no soy de colarme, que en esta estación no se puede (hay plásticos de esos), no me gusta pegarme a la gente (no sea que se cierre el plástico y muera aplastada) y que además colarse es de hippies (como comprobaréis luego).
El caso es que al salir me encontré un tumulto de gentes y estaba el Lluís y le dije que me diera los 30 céntimos y la gente se reía de mí. Me quedé un rato hablando y luego me enteré de que se iban a tomar algo y nos fuimos a un bar de por ahí. En el bar bebimos un poco (yo sólo coca cola, que para algo soy adicta, aunque me estoy quitando) y se nos hizo tarde para coger el metro a casa y decidimos irnos de fiesta al centro. Al ir al metro yo saqué un billete (pensando que nos íbamos a casa) y luego nos colamos todos en plan trenecito y las puertas no nos aplastaron. Total que, gilipollas de mí, le di un billete gratis a la TMB. Al día siguiente me volví a colar, esta vez ya por necesidad. ¡Fui pobre!
En el centro nos entró el hambre y acabamos en una Baguetina Musulmana comiéndonos baguettes y pizzas. Comer ahí es muy divertido. Es como comer el roscón de reyes, pero en vez del haba y el rey mago aquí el que se lleva la corona es el que muerde la cucharacha.
Después de comer a una amiga mía muy maja que me echado ahora y que es mi mariliendre particular, le dio por robar una botella de agua de las grandes porque tenía sed y porque quería bañarnos (acabamos todos empapados). ¡Qué maduros!
Luego fuimos a la Plaza Real, que yo ahora le tengo miedo porque como en Barcelona están que no cagan (y nunca mejor dicho) con lo del incivismo y las meadas en la calle pues ya me imaginaba que iba a entrar ahí y aquello iba a ser un festival de Lluvia Dorada, o que al entrar habría una piscina de pis o una ola gigante a lo Roland Emmerich que nos arrastrara a todos hacia el water. Pero no. Fuimos a una especie de local pirata (que también me dio mal rollo porque la Pilar Rahola se enfada y yo ya me la veía detrás tocándome la espalda con un micro diciéndome: "¿te parece bonitoooooo?").
Pues el local este es como una peña del Espanyol (el equipo de fútbol) que está abierta hasta las tantas y ponen bebidas. Pero luego te echan y no puedes hacer ruido. Que me parece muy bien.

Luego... subimos Las Ramblas mientras los moros con cervezas nos acosaban... qué pesados son. A mí no me importa que haya gente vendiendo cerveza, pero es que, como diría Cartman, me tocan los cojones. Das dos pasos y te aparece un moro "¿Servesa?" "¡NO! NO QUIERO CERVEZA. QUIERO UNA POLLA!" Pero de eso nunca tienen.
Total que acabamos a las tantas en las Ramblas sentados en un banco contándonos chismes que no deberíamos haber contado... CHAN CHAN...

Luego la Laia (mi amiga mariliendre) y yo cogimos un taxi y me vine a casa a dormir.

Ya os contaré lo del sábado (aunque no hay mucho que contar) que ahora tengo que darme prisa que llegaré tarde a trabajar. ¡Qué rabia me da ir de tarde! Te levantas tarde y nunca tienes tiempo para hacer nada. Y además los pesaos de los teléfonos y las inmobiliarias se pasan el día llamando al timbre para timarte. ¡Son lo peor!
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