Love Life
lunes, 30 de julio de 2007Lo siento en el aire. Lo siento en la tierra. Lo siento en mi culo y en mis articulaciones después de una noche de fiesta. Lo siento en la resaca, que tarda demasiado en irse.
El sábado me propuse hacer borrón y cuenta nueva. El susodicho ya estaba avisado: no me llames, que esa noche es para mí. Y tú verás cómo llego a ella, si llego contigo o sin ti. Que estoy hasta el coño de temblar como una loba herida.
A las 22:00 quedé en Universitat con KP, que me había dicho que si se venían unas amigas suyas a cenar pero le dije que mejor que no, que necesitábamos un poco de Terapia Big Mac (dícese de cuando dos amigos se sientan delante de un plato de comida grasosa y aceitosa y se cuentan todas sus penas). Mientras esperaba a KP me llamó Jor, con sus dramas, diciéndome que si quería me pasaba a un novio que se ve que le sobran y no sabe qué hacer. Hicimos un pequeño casting y creo que acordamos que lo más adecuado era el abogado.
Cuando vino KP nos fuimos al VIPS. El susodicho llamó un par de veces cuando iba en el metro pero me hice el sordo. Y en el restaurante igual, le mandé un mensaje diciéndole que estaba cenando y no podía hablar, así que nada. KP y yo nos contamos todos nuestros traumas y llegamos a la conclusión de que estábamos viviendo vidas demasiado parecidas.
Después del VIPS y de la cantidad inmunda de comida que desperdiciamos nos fuimos a tomar algo porque era muy pronto. Por el camino, no sé por qué, llamé al susodicho que estaba emborrachándose con sus amigos y con su ex. "¿Quién es?" preguntó la ex. "Nah, un colega" contestó él.
Le colgué y me fui a beber con KP.
Como era obscenamente pronto para entrar en Aire, nos fuimos al NO-ME-ACUERDO-CÓMO-SE-LLAMA-ESE-BAR-DE-LA-ESQUINA y nos tomamos el primer cubata de la noche. KP no paraba de hablarme de una canción que no sé qué de las Stars. Hicimos las primeras confesiones sexuales de la noche y llegamos a la conclusión de que, para ahorrarnos problemas, si esa noche cometíamos actos vandálicos (por delante o por detrás) al día siguiente no nos acordaríamos de nada.
Tiramos pa' Aire. No había mucha gente, pero había ambientillo. Camareras nuevas y tal. La música: una mierda, como siempre. ¿Los tíos? No micrófonos. Cuando saqué el abanico todos me miraron raro. Y luego se morían de calor mientras yo conservaba mi integridad. Como no tenía cobertura no recibí las tres o cuatro llamadas perdidas de rigor que me hizo el susodicho.
En Aire nos encontramos con toda la troupe y más tarde se sumaron dos más. Una de ellas, Majo, es oscena. Y una vez le dijimos no sé qué de Mónica Naranjo y ella nos sorprendió con un: "Uy, Mónica Naranjo... hace mucho que no la veo!" y se quedó tan pancha. Tiene mucha clase.
Bailamos un horror y como a mí no me subían los cubatas bebí un horror también. Creo que me bebí cinco o seis cubatas, no sé. Además de lo que plimplando a la gente. Mucho chico mono, pero yo que no tenía ganas de sexo. Me preocupé.
A las 2 y media nos fuimos, por dos motivos: primero porque no queríamos escuchar la canción de Aire. Bueno, yo no quería, que sabía que si la escuchaba me iba a rayar. Y además pusieron La Quinta Estación y su Me muero por quemarte vivo y arrancarte la piel a tiras que también nos deprimió.
Al salir saludé a mi ex-cuñado, que estaba por ahí. Él no sabe nada. En realidad fue mi ex-cuñado antes de que el susodicho me diera puerta porque resulta que lo de llamarse "tato" no era porque fueran hermanos, sino que se querían mucho. Una historia rara de violencia.
Dos besitos, un "¿qué tal?" más falso que el pelo de Sarita Marvelous y hasta otra.
Visita al arbusto de mear. Lo echaba de menos. KP se puso a hablar con Cris, que estaba en su casa durmiendo porque se iba a Japón o algo así y yo me puse a cantar la canción del disco chino mientras meaba.
Llamé al susodicho cuando me llegó el mensaje de las tropocientas llamadas perdidas y comprobé que iba MUY borracho. Yo también. Y como él estaba perdido en un pueblo de la geografía alto-aragonesa que no nombraré porque me da sarpullidos, pues tenía poca cobertura.
Fuimos a la Classic. Que estaba hasta arriba. Ya han echado al Lluís. O se ha cambiado de barra y no lo vimos. Pedimos cerveza, como dos buenas machas que somos (sobretodo yo!) y porque el cubata se paga y es una mierda. Había demasiada gente, me dolían los pies, la música era una mierda y yo me moría de calor. Como vi a KP un poco agobiada le dije que cuando quería nos íbamos y ella me dijo que cuando yo quisiera nos íbamos. Así que nos fuimos. Y al salir, casualmente, nos encontramos con toda la troupe de antes que venían a buscarnos. Se iban a La Femme, creo. La verdad es que no me enteré de nada.
Sólo sé que, después de tanto llevar las chanclas Hilfiger y con el corte de mi dedo aún latiente, decidí irme a casa obscenamente pronto también porque NO PODÍA MÁS.
Es lamentable ver dónde acaban las reinas de la fiesta tras un lapsus en su vida social.
Al llegar al metro el susodicho me llamó para decirme...
Aquí es cuando os explico, como si fuera J.K. Rowling, que en realidad este post lo posteé el lunes pasado y al rato lo guardé. Me sentía un poco mal por todo lo que había escrito después del "para decirme..." por varios motivos.
El primero, que contaba demasiado sobre mi vida privada. El segundo, que soltaba demasiados tacos e improperios: como buena diva en estado post-alcohólico me dejé llevar.
Por suerte la cordura sigue sin hacer mella en mí y, aunque debería dejarlo para exorcizar mis demonios, prefiero borrarlo esperando que, después de todo, la cosa no acabe taaaaaaan mal.
Iba a hacer una metáfora aprovechando un comentario que me han dejado diciendo lo de "barrer la escalera".
Y curiosamente ahora mismo oigo a alguien pasando la escoba por el descansillo de mi casa.
Y la canción Love Life de Alcazar es LO MÁS.