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A ella le gusta la gasolina

jueves, 30 de noviembre de 2006
¿Y mi kimono? ¡KIAAAAAAAA!

Es que ahora me ha dado por el karate. ¡DALE CERA NENAAAAAAAA!

El lunes hablé con Karate Kid y me dijo que quiere vivir en Barcelona porque es maravillosa... obviamente, le dije, estoy yo aquí.

El martes me levanté obscenamente temprano porque los jefes de la empresa nos íbamos de parranda para arrejuntarnos más y prepararnos para la maravillosa Campaña de Navidad.

Pastorcillos... pastorcillos...

Todos creíamos que íbamos a ir a un hotel maravilloso a que nos hicieran masajes y baños de barro y esas cosas... y sí, fuimos al hotel.

Estuvimos ahí todo el día encerrados haciendo cohesiones de grupos, lluvias de ideas, lluvias doradas, lluvias blancas... ¡Viva los lavabos públicos!
Comimos fideuá y celebramos mi boda con el que se sentó a mi lado en la cabecera de la mesa. Le dimos las gracias a todos por haber asistido y cuando nos pidieron los regalos los mandamos a la mierda.
Cuando terminamos la reunión nos dijeron que nos íbamos del hotel y nos entró la depre porque no sabíamos dónde coño nos iban a dar los masajes... ¡pero no hubo masajes!

Así que nos subimos a los coches y empezamos a perseguir a la que nos llevaba al lugar sorpresa en el que todos nuestros sueños y fantasías se harían realidad... inentamos averiguar qué extraño y maravilloso lugar era ese mientras conducíamos y nos comíamos todos los atascos habidos y por haber. Al pararnos en la puerta de una fábrica para preguntar a dónde íbamos y provocar un colapso de coches conducidos por obreros sudorosos que querían llegar a casa pronto para ver el resumen del partido del día anterior (y es que siempre hay un resumen del partido de fútbol del día anterior porque TODOS LOS PUTOS DÍAS HAY FÚTBOL EN ESTE PAÍS)... me he perdido... ah sí, que ahí en el atasco nos dimos cuenta de que tal vez... y sólo tal vez... el lugar de ensueño que nos iba a provocar la felicidad infinita no era tan fantástico.
Volvimos a los coches y volvimos a pasar por la misma carretera por la que ya habíamos pasado SIETE veces y ¡seguía llena de coches! Finalmente dimos una vuelta muy rara por debajo de un puento (cómo se nota que soy un perfecto conocedor de los términos automovilísticos) y alguien en el coche gritó: "¡YA SÉ A DÓNDE VAMOS!"
No nos quiso decir nada. Por lo visto vio un cártel que señalaba el lugar, ese lugar excelvilloso en el que nos har...

Bah! Da igual. Tanto misterio tanto misterio y delante nuestro apareció un cartel gigante:
"KARTING CATALUÑA"

No sabía si echarme a llorar, saltar del coche en marcha o matar al conductor para que apretara el acelerador a fondo y provocara un accidente que nos hiciera saltar por los aires, atravesar el cartel gigante y aterrizar sobre la Juani que, con suerte, estaba por ahí con el Jona conduciendo como una puta.

Pero resulta que hasta me hizo gracia la idea. Nos bajamos de los coches dando saltos, pero no de alegría: de frío. Nos hicieron firmar un papel en el que eximíamos a todos los del circuito de los posibles daños cerebrales que nos pudiera provocar un accidente o el HORRENDO hilo musical que había en el recinto: manda huevos que te vayas a montar al kart y esté sonando el "ME MUERO POR CONOCEEEEEEERTE"

Nos pusimos unos monos monísimos de la muerte y unas especies de cosas absurdas como de papel higiénico para no coger piojos de los cascos que parecíamos todos las extras sin frase de Sor Citroen en una simbiosis absurda con los espermatozoides del gigante de Twin Peaks.

Hicimos una carrera que yo ya no me acuerdo si fue el más rápido de los lentos o el más lento de los rápidos, pero me pusieron en el grupo de los tíos machotes que conducen como locos cuando me lo habría pasado infinitamente mejor en el grupo de tías que tienen miedo hasta de la bandera esa que sacan para decir "¡todas fueras de la pista, putas!" conduciendo como Fitipaldi para asustarlas y lanzarlas fuera de la pista.

Total que mi carrera fue como ponerse a jugar al Mario Kart con todos los putos japos que hacen trampas. Yo aún no había apretado el acelerador que ya estaban todos adelantándome ¡¡y eso que empecé en última posición!! En cada curva se pegaban entre ellos y uno o dos salían disparados echando chispas. Yo, como era el peor, pues iba poco a poco riéndome de todos (hasta me reí de mi jefe -sin saber que era él-) y dando trombos, que cada vez que apretaba el freno debía apretar también mi glándula suelta-aceite porque el kart se ponía a derrapar y dar vueltas y yo parecía Deborah Ombres con pastillas de jabón en los pies.
Total, que quedé el último.

A los que ganaron les dieron una botella de champán (si me lo hubieran dicho ME HABRÍA ESFORZADO) y como el que quedó tercero en la carrera de los malos sabe que soy alcohólico (de hecho lo sabe todo el mundo ya) me dejó parte de su botella. Y yo empecé a empinar el codo.
Nos pusimos a hacernos fotos y yo salí en todas con la botella en la mano. Si pasas todas las fotos así seguidas se ve cómo la botella disminuye y yo cada vez estoy más torcido.

Volvimos en un coche en el que no paré de gritar como una perra y de hablar en japonés (o chino, o cantonés o lo que fuera) para invocar a Karate Kid. Acabé explicándole a mi jefa lo incómodos que son los wateres de la RENFE para pervertir maños menores.

Mira, ¡maños menores! ¡Le hicieron fotos en maños menores!

Llegué a casa a las tantísimas y hecha polvo.

Al día siguiente me fui a cortar el pelo. En la peluquería no me reconocieron por la barba y por mi look "votante-del-PP" y casi me echan. Pero no. Me hice un corte de pelo mega fashion que hizo que todas las niñas (una) se me quedaran mirando embobadas.
Luego fui a comprarme ropa pero no me gustaba nada, así que me compré películas. Pasé por delante de una pareja en un parque que llevaba dos dálmatas y pensé: "¡Mira, sólo les faltan 99!"
Luego vi el cartel de una clínica veterinaria que se llamaba "La Maquinista Veterinaria" y me entró la risa porque me imaginé a una tía conduciendo el Trambaix mientras opera un Chow Chow y se carga a Bofill (el Gaudí de nuestros tiempos).

Y hoy me he tirado toda la tarde comprando. Las Visas han acabado pidiendo clemencia, los de las tiendas casi me meten en la lista de los clientes más vistos. Me he comprado ropa, pelis, libros, calzoncillos... y unos sujetapiés antiquísimos...

¡Y un amplificador! Que dirás ¿pa qué? ¡Pues para amplificarme! Es tan amplio, que no cabe en mi armario rojo del IKEA rollo taquilla de la RENFE.

Mmm... la RENFE... qué gratos recuerdos.

Ahora me he puesto a ver la quinta de Las Chicas Gilmore y le han cambiado la voz a Luke. Ahora habla como una persona y ya no tiene gracia.

Qué grande lo tengo.

Y amplio.

Ayer vi Volver. ¡Qué peliculón! Qué gracia lo de "Ahora no puedo contártelo pero cuando te lo cuente... lo vas a flipar".

The Duke of Fair and the Dykes of Hazzard

domingo, 26 de noviembre de 2006
Ése soy yo. El Duque de Feria.

No voy a dar todos los detalles de este fin de semana porque dan para hacer un blog paralelo. (El verdadero motivo es que... no los recuerdo todos).

El jueves hablé con M para quedar el finde y me dijo que sólo podía salir el viernes. Así que me resigné a salir un viernes. Mucha gente olvida que algunos PRINGAOS trabajamos los sábados.

Cuando yo salgo, salgo. No salgo a tomar algo y vuelvo a casa. Salgo a tomar algo, me voy a la disco y luego me voy a casa. Básicamente porque no hay metro por las noches (¡Montilla! ¡Puta! Enchufa el metro ya!!) y no me gusta pagar taxis que me dejo el sueldo en viajes a lo Carrie Bradshaw por Barcelonn.

Le dije a KP que se viniera para presentarle a M y sus amigas, que siempre me está diciendo que a ver cuando se las presento que a ver cuando se las presento que a ver cuando se las presento que a ver cuando se las presento.

Fuimos a cenar al chino y me lavé las manos y me dejé el anillo en la pica y luego un niño se puso a gritar en medio del restaurante que se había encontrado un anillo y dije: "¡mío!" y como soy amigo de la china pues me lo dio. La próxima vez aunque se hayan dejado una cadena de oro con incrustaciones de rubíes con las letras de Camela inscritas y una cruz de Caravaca (¿por qué he pensado en la cruz de Caravaca? ¿y por qué se llama Caravaca? ¿CARA-VACA? JAJAJAJAJA) diré que es mía y me la darán. Luego me matará la familia Fajardo a la salida del chino y saldré en el GENTE.

Llegamos a Aire y no había cola porque era muy pronto. Yo casi me pongo a hacer cola en la puerta de al lado y me acordé de R, que una vez se equivocó de cola, entró en el local que no era y se tiró media hora pensando: "¡Cómo ha cambiado esto!"
Había poca gente y la poca gente que había nos miraba. Yo empecé a beber y KP no porque había salido el día anterior y tenía el estómago delicado. Pasó un tío que parecía espinete con unos pelos tan repeinados para arriba que le dio a la bola de la discoteca y todo.
Bailando por ahí vi que una chica me miraba fijamente con esta cara:

O_O

Así que la miré y la reconocí.

Hace poco os decía que mi familia se empeña en meterme en el armario. Están todos ahí aguantando las puertas para no dejarme salir.
Pues ahora llega ella que les va a hacer una entrada de esas que sacan tarjetas de colores en los partidos de fútbol y me va a dejar salir de una puta vez!!

Resulta que la chica que me miraba es hija de la esteticien del barrio. La mujer que me hizo la pedicura hace unas semanas... la mujer que es muy amiga de mi tío y de mi tía, que creo que son los que más fuerza hacen para que no se abra el armario.

Si es buena persona la chica esta le contará a todo el mundo que me vio mariconeando en un bar de maricas y tortilleras (bueno, tortilleras y maricas que el Aire es "para ellas y sus amigos"). Si es mala persona dirá que me vio tomando algo con una chica. Curiosamente la misma chica que mi padre está convencido de que es mi novia.

La hija de la esteticien (que no, que no es lesbiana) me dijo que había ido a acompañar a su primito. Y su primito resultó ser Espinete. A mí me entró la risa.

Despiporre por aquí, despiporré por allá, visita al arbusto de mear y al guardarropía (y allí me encontré a la chica que siempre veo en Arena y que me dijo que soy lo más -una de tantas... me lo dicen tanto...-) resultó que M al final no iba a venir y sus amigas tampoco.
KP se quería ir y yo quería encontrar un plan para ir a Arena y aguantar hasta las 5.

En ese momento alguien se me pega al abanico y trata de robármelo. Yo le digo que no. Él que sí. Yo que no. Él que sí. YO QUE NO. Me miró y nos pusimos a hablar y me presentó a su amiga lesbiana y a su hermano el luchador de taekwondo: Karate Kid.
Eran tres amigos y residentes en Huesca que habían venido a Barcelona de fiesta. Mi mente dijo: "Camélatelos para que te acompañen" mi pene me dijo: "¡Dar cera pulir cera neeeenaaaaa!"

Los sacamos de Aire (bueno, nos echaron ya porque encendieron las luces y encendieron a Pedro Marin) y me los llevé al Arbusto De Mear para presentárselo y que vieran los monumentos barceloneses. Ni Sagrada Familia ni hostias: El Arbusto de Mear, la reja del sitio ese que siempre me han dicho que es un seminario, el andamio de la puerta de Arena.

KP se fue y yo me puse a insultarla en la calle a grito pelao y me giré toda recompuesta para que el segurata me dejara entrar.
Entramos en Arena, les acompañé al baño (los hermanos entraron juntos y me dijeron si quería mirar pero yo les dije que yo soy de los que lo tocan todo aunque haya un cartel gigante diciendo: "SE MIRA PERO NO SE TOCA, PUTA") y fui a la Barra. Le pedí a L un cubata de seis euros porque no llevaba más y no sé qué coño me puso.

Jo, qué barriobajera me ha quedado esa frase. "Un cubata de seis euuuuuros"
De repente me acabo de dar cuenta de que parezco una niñata de 17 años, fan de La Juani cuya máxima aspiración en la vida es emular a Nuria Ber.

¡Y QUÉ FELIZ SOY!

Nos pusimos a bailar. La chica se pegó a la pared y se quedó así como rayada diciendo que allí la gente era mayor y había pocas chicas... se quería ir. A mí me supo mal. El hermano de Karate Kid, que era un tío muy grandote, no paraba de gastarme bromitas y de meterme mano (las bromas no eran ofensivas y el chaval feo no era, así que podía tocar todo lo que quisiera que yo no tengo carteles de esos colgados). Y Karate Kid se movía de un lado para otro.

A partir de aquí correremos un tupido velo. Pensemos que allí había mucho alcohol y mucho calor humano.

Y no voy a explicar cómo, cuando, dónde y por qué acabé dándole cera a Karate Kid y diciéndole que no a su hermano mientras me hacía amigo para siempre de la chica. ¿Oka?

Lo que sí os puedo contar es:
- Que Karate Kid estaba muy bueno.
- Que Karate Kid era menor (pero poco, a punto de ser mayor).
- Que Karate Kid había venido a Barcelona a ver su novia.
- Que la novia de Karate Kid era mucho más menor que Karate Kid y que habían quedado con ella dos horas después de decirme adiós (y otras cosas) a mí.
- Que soy el puto heredero del Duque de Feria. No me enorgullezco de lo que hice. Pero ¿y qué? Me hincho.
- Que quedamos para el sábado por la noche.

El que quiera saber más, que me soborne.

El caso es que llegué a casa a las tantísimas de la mañana y dormí tan poco que cuando llegué al trabajo aún me duraba la borrachera.
Fue un día larguísimo. Un despiporre general. Pero fue de puta madre.

A media tarde Karate Kid me llamó pero no pude contestar. Le llamé y salió el Gran Hermano diciendo que seguramente era una "perdida para saludar". Yo me di cuenta de que hace como DIEZ años que no hago perdidas para saludar (de hecho hace diez años los niños de esas edades NO TENÍAMOS MÓVIL). Pensé lo viejo que soy y me sentí más Duque de Feria todavía.
Gran Hermano me dijo que esa noche habían quedado para salir... y que seguramente vendría la novia. Yo le dije que si iba la novia no iría, porque no podría mirarla a la cara. Y no porque me avergüence de lo que hice (que no me arrepiento, volvería a hacerlo...) sino porque no podría aguantarme la risa.
Además ¿a dónde coño iban a llevar de fiesta a una niña de 13 años? ¿A la planta joven del Corte Inglés?

Al salir de trabajar les llamé para ver qué iban a hacer. Se confirmó la presencia de la Pokemon y se confirmó que Karate Kid quería verme. Yo le dije que si me prometía clases particulares de defensa personal iba, pero que sino pasaba de perder el tiempo. Como no me dijo nada seguro me fui con KP y sus amigos a cenar a un restaurante de estos ¿cools? Naaaah... era un restaurante medio hippie de estos que hay por Gracia que no hacen ni puta gracia. Por varios motivos:
- Son restaurantes destrozaespaldas: no hay sillas, hay cojines.
- Son restaurantes minimalistas: los platos los ves y te da la risa.
- Son restaurantes raros: no hacen hamburguesas con tomate, hacen mini-hamburguesas con "sorpresa" y ketchup natural.
- Son restaurantes CAROS.

Pensé en lo bonito que era ser joven... y salir a cenar al McDonald's. De hecho estuvimos a punto de ir después a por unos McPollos.
Yo me bebí media botella de vino. Con el vino me pasa algo muy curioso: no me gusta. Pero cuando empiezo a beber no puedo parar. Y además el alcohol que ingerí activó mis glóbulos rojos y mis células pituitarias y todo lo que aún me quedaba dentro del cuerpo del día anterior (ME REFIERO AL ALCOHOL ¿VALE?) empezó a remezclarse y me sentí como una coctelera andante.
Creo que una vez alguien dijo algo, me entró la risa y casi me caigo del cojón. Sí, he dicho cojón porque era un cojón grande. E incómodo.

Al salir de cenar hablé con mi amiga de toda la vida recién conocida la noche anterior y me dijo que mejor que no fuera. Yo me indigné profundamente y me decidí a salir de fiesta.
KP me dijo que se iba al La Femme.

Me indigné mucho más.

Pero me jodí y fui.

Íbamos tres chicos y dos chicas. Nos perdimos antes de llegar porque a la Almunena le dio por decir que Muntaner era calle de subida y hasta que no vio que íbamos en contradirección no le entró en la cabeza que era de bajada (lo cierto es que no fuimos contra dirección en ningún momento -que sepamos, porque guiándonos ella lo raro es que no acabáramos en el Baja Beach Club-). Luego nos perdimos dando vueltas caminando para encontrar el Tú Sabes que resultó ser como un camarote del barco de Chanquete, pero lleno de lesbianas. Bueno... "lleno". Había... ¿tres?

Ahora voy a hacer un chiste que a las lesbianas que leen este blog no les gustará pero NO PUEDO EVITARLO:
Lo más femenino de ayer por la noche FUI YO.

Después de tomarnos algo y de que casi me atropellara una petarda en un Seat Ibiza fuimos al Le Femme (que antes se llamaba D-Mer pero ahora ya no) y el segurata casi no nos deja entrar porque decía que íbamos muchos chicos. Tuvimos que entrar por turnos, y siempre acompañados de una mujer.
Dentro, pues lo de siempre: yo ahí en medio parapetado entre mujeres que me miran con la misma cara que puso la hija de mi esteticien. En ese momento pensé que, por suerte, aún llevo la barba y así soy indiscutiblemente UN TÍO.
Porque claro, yo no paraba de ver tíos que me ponían que luego resultaban tener tetas.
A Dios pongo por testigo que NO VUELVO A ESE SITIO (ni similares).

Poca gente, la Dj pincha fatal (y lo digo yo, que hago unas remezclas de mierda), la gogo no bailaba: movía el culo mirando a la pared, las lesbianas me miraban mal, el techo está bajo y le pegué un viaje a la bola con el abanico que casi la mando a Pernambuco y además una bollera mochilera me levantó el dedo así:

ii|i

Creo que fue a mí, porque no había NADIE en el local.
Tuve mi momentazo Samantha de la noche cuando, después de pegarle el viaje a la disco-bola, todos los hombres del local (que creo que eran... 4) se arremolinaron a mi alrededor. Y es que las lesbianas tienen una cosa mala: son bajitas. Y claro, yo ahí parezco Willy Wonka rodeado de Oompa Loompas.

A las 4 decidieron que nos íbamos y yo me cagué en todo porque me quedé sin fiesta y sin nada. Como mandaban ellas, fuimos al D-Mer (que lo han cambiado de sitio, ahora sí). Alguien dijo que en realidad se tendría que llamar "La Mer", y así sí que sería un verdadero bar de lesbianas.
Y una vez en la puerta la ¿segurata? que parecía más la peluquera de mi barrio que una segurata, nos dijo que era sólo para chicas.

Otra cosa mala que tienen las lesbianas: que se meten dentro y te dicen "¡hasta luego!" y tú te tienes que ir a casa. Lleig.
Yo eso no lo haría.

Que lo sepas!!

Menos mal que luego me llevaban en coche a casa y no tuve que pagar taxi ni montarme un plan alternativo.

Y hoy estoy de resacón. Iba a ir con Pol al cine a ver Vecinos en la jungla... Colegas invasores... Hormigaz en el bosque... ¡Colegas en el bosque! en el Imax que la dan en 3D pero estoy de un vago...

Me he incrustado en el sofá a jugar un rato y a escuchar música.

Y viva los tabiques de plata.

Bored: El héroe que vino y se quedó frito

lunes, 20 de noviembre de 2006
Últimamente estoy poco fino.

Necesito un cambio. Lo siento en el aire, lo siento en la tierra... El anillo único ha sido hayado...

Mmm... wrong movie...

El caso es que llevo ya tiempo que me noto como estancado. Que hace mucho que no me pasa nada que lo cambie todo, una de esas cosas que hacen que desde hoy veas todo de forma diferente. Y empiezo a necesitarlo.

La última vez que recuerdo que pasó algo así fue hace año y medio. Vale que tampoco es plan de que cada año y medio mi vida dé un vuelco, sería mucho pedir (o no). Pero cuando empiezo a darme cuenta de que mi vida es cada día lo mismo... me preocupo.
Estuve durante mucho tiempo en una situación así, pero como estaba todo el día en casa tocándome los... anillos únicos... pues como que me daba igual. Yo veía El Cor de la Ciutat y El Club, me viciaba un rato a Los Sims mientras me comía un bocata y ya era feliz.

Pero claro, ahora viene cuando quieres más. Estoy contento porque tengo un buen trabajo, porque tengo gente que me quiere y porque ¡qué coño! tengo motivos para estarlo.

Pero falta algo.

¿Un proyector? ¿Un novio? ¿Un viaje a Londres? ¿Unas vacaciones?

No lo sé. Pero algo falta. Y me da que no es algo que se pueda comprar con la Visa (o sí... si tienes la Visa de Bill Gates).

Quiero irme de casa. Pero necesito dinero. Y no tengo dinero porque todo me lo gasto. Necesito encontrar un sitio que me guste y llevarme conmigo los imanes de la frigo-poesía. Y a K.P. Y montarnos un pisito súper cool y acogedor, en el que sentarnos por las noches a escuchar música mientras tomamos una cerveza y nos peleamos por ver qué Mac se lleva más ancho de banda... ponernos a ver series y reírnos de la comida que se le quema a Emily Gilmore. Salir los sábados de trabajar, invitar a unos amigos a cenar y luego salir de fiesta un rato. Llegar a casa un martes y cagarte en todo porque a nadie se le ha ocurrido comprar una lavadora.

¿Alguien sabe cómo coño encontrar pisos de alquiler en una zona interesante de BCN que no cuesten un ojo de la cara?

Ayer quise salir de fiesta pero nadie me acompañó. Así que no salí. RWay me esperaba en Aire para reírnos un rato, pero no fui. Me ha dicho que ni se drogó ni nada para recordar todo lo que iba a pasar... y que le dejé plantado. El otro día se releyó el blog (ha estado tanto tiempo sin internet que no sabía de la misa la mitad) y me dijo que no he perdido nada de chispa.
Y yo que me veo apagado... fíjate tú.

Total que me tiré toda la hora de la comida suplicando que alguien me acompañara a Arena y tal pero nadie se ofreció. En realidad me tiré toda la hora de la comida sacando pluma para que uno nuevo que anda por ahí se enterara de que soy gay... a ver si quería algo. Pero nada, se fue a mitad de la conversación (deseándome suerte, eso sí, para esa noche). "¿No te quieres venir?" "No, no. Pero gracias por invitarme". No iba a invitarle... como mucho se la chupo, pero los cubatas se los paga él.

Descubrí que todo el mundo había entrado a un cuarto oscuro menos yo. "Cuando esté preparado entraré... y no volveré a salir" dije.
No sé cuándo será eso... tal vez para cuando quiera alcanzar mi nirvana tántrico sexual a base de orgasmos cada 15 segundos.
Aunque digo yo que eso lo cerraran algún día ¿no? ¿O es 24/7? Le preguntaré a George Michael.

En el trabajo estamos un poco estresados. Se acerca la campaña de navidad y a mí me apetece menos que nunca, pero qué le vamos a hacer. Al menos ha vuelto la Stacy Malibu, que la veré cada día y podré engañarla para llevarla a antros de perdición. También he vuelto a trabajar con un compañero con el que coincidí hace años, que ahora será el otro mari-encargado (pero sin el "mari" delante).

Pol vino a verme al trabajo, se acercó a mí y dijo: "ADIÓS" y se fue. Mi jefe le miró raro. A mí me entró la risa. El pobre tenía prisa, pero es muy educado. He estado viendo fotos de los tours Barcelona La Nuit que nos montamos de vez en cuando. Va siendo hora de repetir.

El otro día vivimos un gag. Pol me vino a buscar para ir a cenar y tras él Iván Labanda se miraba unos altavoces. "Mira a quién tienes detrás" le dije. Se saludaron, nos presentaron. Ha costado, pero años (o meses) después Iván Labanda conoce al chico que una vez quiso un hijo suyo.
Nos fuimos a cenar. A un japonés en la calle Aragón (si no recuerdo mal) que me gustó mucho. Luego me puse un jersey y Pol me dijo que parecía un votante del PP.
Pero no me importó, porque iba divino.

Ya ha llegado (más o menos) el frío. 20 de Noviembre y aún vamos con manga corta por la calle. Qué asco de planeta.

Y poca cosa más me queda por añadir... Si a alguien se le ocurre cuál es el cambio (o añadido) que necesito, que me dé un toque.

Creo que necesito ver Miss Agente Especial.

¡Y la paz mundial!

P.D.: Voy a hacer un remake de todos los Marica Cool. No me gustan.

We love the funk

jueves, 16 de noviembre de 2006
Y me levanté el miércoles... y Pol me preguntó:

"¿Qué tal la resaca?"

A pocas personas les preguntan eso un miércoles a la 1 del mediodía. Yo soy una de esas personas.

Resulta que el martes por la noche, en la sala Bikini, fue la fiesta de la empresa. La Farra, que la llaman. No sé si os hablé de la farra del año pasado, que fue en Pacha. De hecho, voy a rebuscar por el blog a ver si encuentro el post y lo leo, para hacer una comparación...

Un momento por favor...


Vale. Leído. Y jo, qué poco dio de si la fiesta del año pasado.

Pues, como os iba diciendo, la fiesta fue en Bikini. Fuimos desde el trabajo Laia, Marisol (perdón, Maricel), Marc y yo en el coche de Laia. Ir con la Laia en coche es un espectáculo: las ventanas suben y bajan (dependiendo de si hay chulazos cerca a los que hacerles una demostración de lo bien que suena el cd que llevamos -cd creado por mí, por supuesto-), hay un huevo gigante que va pululando por los asientos hasta que termina en la cabeza de la Laia y casi nos matamos y lo dejamos a un lado asustados... y cosas así.
El gag del viaje fue cuando nos plantamos en plena Diagonal y ella toda convencida de que se había metido contra dirección se pone a hacer eses gritando "¡¡Que vamos en contra dirección!!!!" y Marisol (perdón, Maricel) le decía que no y yo me partía el culo de risa.

Luego aparcamos y fuimos para la disco. El Marc dijo: "Uy, ahí un cartel muy grande que pone B...I...K...I...N... ¿qué será?"
Pues Bikini coño, Bikini.

Al entrar nos dieron los vales de las consumiciones, un llavero muy majo (y muy grande) y otro número para un sorteo que este año TAMPOCO me ha tocado nada.
Yo iba vestido con camisa roja, pantalón negro y corbata negra. Y la chaqueta fucsia. La idea era ir todo de negro con corbata roja, pero al final cambié de opinión. La chaqueta se fue al guardarropía en cuanto uno me confundió con un camarero.

Una vez en la sala vimos que había instrumentos en el escenario (pensé que algún grupo de Hippies nos iba a fastidiar la noche) y nos dispersamos para encontrar:

1.- Comida
2.- Gente conocida

En ese orden.

La gente conocida apareció antes pero les dijimos que no, que primero iba la comida. Localizamos una bandeja de tortilla de patatas que cogíamos los pinchos de dos en dos y cuando alguien nos miraba raro nos girábamos y le decíamos al primero que pasaba: "¡Ahora te llevo tu tortilla!" para disimular. Un par de tías nos miraron mal al decirles lo de la tortilla.
Descubrimos que había muchas más bandejas repartidas por las barras, así que dejamos la tortilla y nos pasamos a los montaditos, las pizzetas, las croquetitas y los mini trozos de jamón incrustados en pan de ayer.

Harto de aquello, empecé a beber.

En total creo que cayeron 3 o 4 cubatas. Un par o tres de cervezas. Una coca cola (que me tiraron la mitad al suelo).

De repente las luces se apagan y aparecen unos en el escenario. Son muchos. Muchos hippies, pienso.

Empiezan a tocar y es así rollo funky. Ah pues mira, no está tan mal. Se ponen a cantar. En inglés. Y no cantan mal. Uy, el cantante con esa barbita... estos me suenan a mí...

¡Coño! ¡Si son la Fundación Tony Manero!

Se marcaron un concierto divertidísimo. La Pepa y yo nos fuimos a primera fila a lucir palmito, a pegar unos cuantos saltos a ritmo de "We love the funk" y a ver al cantante que se quitó la camisa y estaba que daba gusto verlo con sus Calvin Klein sobresaliendo.
Cuando terminaron la Pepa se abalanzó sobre el escenario a exigir que le cantaran otra canción.
"Hijoputa, ¡canta otra canción!" era la frase.
Y le hicieron caso. Cantaron otra y empezó a pinchar el DJ.

Mi jefe me vio por ahí abanicándome y le entró la risa. Los jefes de otras tiendas se llevaban las manos a la cabeza, a mi ex-jefa de recursos humanos casi le abro la cabeza al ir a darle dos besos con demasiada emoción y mi jefe-jefe-super-jefe no sabía dónde meterse.

Del sorteo no hablo por dos motivos:
1.- No me tocó nada, así que no me importa.
2.- Grité tanto que se me murieron las 3 neuronas encargadas de almacenar esa información.

En cuanto despejaron el escenario nos dejaron subir a bailar y, por supuesto, yo fui el primero y el último en bajarme.
Qué cansancio, de verdad.

Desde abajo la gente se volvía loca al ritmo de mi abanico. Preguntaban "¿Y ese quién es? ¿Y ese quién es?" y cuando se enteraban de que era la mari-encargada se ponían a rellenar solicitudes para trabajar para mí. ¡Divina!

Luego de unas horas bailando y unas horas bebiendo la cosa empezó a degenerar en lo que suelen degenerar estas fiestas: proposiciones indecentes a todo Dios, cubitos que van y vienen de boca en boca, besos robados con foto a lo Ana Obregón con Miky Mouse ¡digo! Molina en el coche...
Yo diciéndole a uno que me crucé una vez en otro trabajo que está como un tren...
La frase al final fue:
"VOSOTROS DE TODO ESTO MAÑANA NO OS ACORDÁIS ¿ENTENDIDO?"

Nos echaron muy pronto. No volví con la Laia porque para cuando salí de la discoteca ella ya debía estar en casa durmiendo porque ni la vi. Uno que iba conmigo sin despedirse ni nada dijo: "Me voy en taxi" y se metió en el taxi que había justo delante suyo (que parecía que lo tenía ensayado y todo).
Y yo me metí en un coche rodeado de tíos buenos a los que no paraba de proponerles guarreridas españolas y que ninguno aceptó, obviamente. El conductor no paraba de dar vueltas para esquivar a los Mossos y al final tuve que suplicarle que me acercara a casa porque el desgraciao quería dejarme en no sé qué calle para que cogiera un taxi.
Llegué a casa y me acosté dando tumbos. El techo me daba vueltas.

Hoy, por supuesto, todos resacosos y con menos fuerza en las piernas que la Infanta Elena. No sé por qué la infanta Elena tiene pocas fuerzas en las piernas, pero tiene pocas fuerzas (confirmado por la Universidad de Massachussets). Mi jefe me ha preguntado si no llevaba el abanico y a mí me ha entrado la risa. Me he tirado media tarde dando paseos a la competencia, he confundido a dos empleados y me he tirado toda la tarde dándole a uno las tareas del otro... hasta que les he dicho que lo mejor iba a ser que se cambiaran el nombre porque no me aclaraba.

Y luego me he comprado el Gears of War y me han regalado un gorro monísimo (en realidad me lo he regalado yo) que me lo he puesto y parecía Parappa The Rapper.

He venido a casa, mi madre me ha preparado una ensalada y he terminado de ver la cuarta temporada de Las Chicas Gilmore. Qué bonito todo. Casi lloro.

Ahora estaba haciéndome una lista de reproducción de La Oreja de Van Gogh y he descubierto que:

A) La mitad de los mp3s se jodieron cuando se me jodió el disco duro y no están enteros.
B) Amaia Montero no sólo es repelente, sino que además es una falsificación: No se parece en nada a la chica que salía en la portada de su primer disco.

Seguro que cualquier día sale la chica esa gritando: "¡¡Yo soy Angela Bennett!!"

El camino de los borrachos

lunes, 13 de noviembre de 2006
Banderas canta y estrena película sobre el camino de los ingleses, pues yo doy el canto y os hago un post sobre el camino de los borrachos.

Ayer salí de fiesta con K.P. Ella tenía planes para antes, pero cuando le propuse venirse a casa a beber cerveza viendo Las Chicas Gilmore no pudo resistirse. Cenamos (le dimos la esperanza a mis padres de que fuera mi novia... luego os cuento), bebimos, adoramos a Emily Gilmore y nos fuimos a Aire.

La cerveza debía tener algún componente caducado porque no parábamos de mear. En el metro quise enseñarle lo bien que canta Paris Hilton pero no le gustó. Y luego la canción de Snakes on a Plane (Come on bring iiiit!!) pero tampoco.

Universitat estaba hasta arriba de gente y nos asombramos al descubrir que han quitado las carreteras. Literalmente: alguien se ha llevado el asfalto de la Gran Vía. Seguro que no hay cosas más importantes que hacer en Barcelona que arreglar un asfalto que deben cambiar cada 2 meses.

Antes de llegar a Aire le dije a K.P. que si había mucha cola nos íbamos directos al Arena. Llegamos a Aire, nos pusimos en la cola. Nos miró todo el mundo y dije: "Esta cola es muy larga, vámonos". Y nos miraron alejarnos.

Bajamos por la calle Balmes. La calle Balmes si no vas borracho no es lo mismo. Y es que no es lo mismo esquivar cholos cuando llevas 3 cubatas encima que cuando vas medio sobrio y eres consciente de que si no fuera por que Dios no quiere, te pegarían una paliza ahí mismo por maricón. Además es una calle muy cruel, porque a mí los que hacen cola en La Taberna del Yoyas me ponen mucho... pero me dan pánico.

Le dije a K que me sabía mal no hacer el paseo de Aire a Arena borrracho perdido y que iba a echar de menos mear en mi arbusto de siempre. Decidimos que a eso de las 3, estuviéramos donde estuviéramos, iríamos a hacer el camino de los borrachos.

Llegamos a Arena intolerablemente pronto, pero nos dio igual. Saludamos al Lluís que nos puso unos cubatas y estuvimos bailando un rato a ritmo de una versión dance del Moonlight Shadow del Oldfield (¿¿¿¿????) que casi me caigo de culo. Y no sólo por la impresión sino porque a una le dio por montarse una coreografía que ni Coco Comín y casi me tira a mí y a mi cubata.
Al rato apareció la Carol, la chica de la cafetería, que ya me había dicho que esa noche saldría por Arena.
También nos encontramos con los JJ. Dos chicos muy majos y muy novios que se llaman igual que yo.

Aquello se empezó a llenar de gente, cuando me pusieron reggeaton o no sé qué saqué el abanico y la cosa ya se me empieza a poner borrosa:
recuerdo los cubatas y la cadena que nos montamos para que a nadie le faltar alcohol en las manos en ningún momento, el chasco de los chupitos al pedir para todos y descubrir que no nos invitaban, recuerdo saltar a ritmo de Paulina con la Carol subida encima mío... recuerdo a uno que me dio de su cubata y que me decía algo así como que yo era lo único que valía la pena allí... recuerdo la cantidad de rubias de bote (chocho morenote) que me encontré (hasta el punto de confundirlas a todas entre ellas mismas)... recuerdo Fangoria, recuerdo Camilo, recuerdo Raffaela y recuerdo los berridos cara a cara que nos pegamos una marica y yo con el Sobreviviré de la Naranjo de fondo.

A eso de las no sé cuantas, tal como habíamos prometido, K y yo nos fuimos a hacer el paseo del borracho. Subimos por Balmes hablando de no sé qué y yo vi que tenía un mensaje multimedia. Pol me mandó un archivo de audio gritando: "UCHINIIIIIIIIII"
Estuve un cuarto de hora medio tirado por el suelo llorando de la risa.
Fui a mi arbusto, meé, K quiso verme el pito pero no le dejé (¿He escrito "pito"?) y volvimos a Arena sin acordarnos de en qué mano teníamos el sello, así que las enseñamos todas.

Ah, recuerdo que alguien me dijo que era no sé quién de la Bea. Yo no entendí nada.

Y bueno, pues que luego nos echaron, nos despedimos del Lluís, perdimos a los JyJ y nos fuimos a la VIP... que estaba llenisísíma de gente (pero una cosa espectacular). Aguantamos una canción y media: después del Johnny Technoska nos pusieron Xuxa y la hora de bailar y K y yo decidimos que ya estaba bien.

Recuerdo encontrarme con un chico de mi barrio que estaba muy rallado y tirado ahí en el suelo (respirando, eso sí) y me supo mal y yo quise solidarizarme con él y ayudarle pero K me dijo que lo dejara que me iba a partir la cara.

Así que nos fuimos a Universitat y nos contamos nuestras penas (K y yo) sentados en un banco. Y luego cogimos el metro y para casa.

Hoy he tenido comida familiar en casa. Yo estaba vestido maravillosamente con mi camisa rosa y mis pantalones blancos y todo el mundo me ha dicho lo guapísimo que estoy (aunque insisten con compararme con un colaborador del Arús que es HORROROSO). Entonces mi padre ha sacado lo de que ayer "se trajo una chica a cenar a caaaasa" y toda la familia tonteando con que "claro, claro ¡sería una amigaaaa!".
Yo me los he quedado mirando... todos ellos sentados alrededor de la mesa y yo de pie en un extremo.
He puesto las manos sobre la mesa con un golpe seco y les he dicho:

"Estáis despedidos"

No. Les he dicho:

"Soy maricón."



"De España"

No.

En realidad sólo me los he quedado mirando totalmente alucinado. No puedo creerme que a estas alturas me haga falta salir del armario. ¿¿?? ¡¡Si yo nunca he estado dentro!!
Y yo que pensaba que era evidente... ¡es indignante!

Y luego se vienen a la habitación a trastearme los ordenadores y se encuentran con mis favoritos... que si Desperate Housegays... que si Kill Pili... que si cd's en el itunes que se llaman "A súper puta no me ganas" o "A marica cool no me ganas" y les parece lo más normal del mundo.

¡¡Y ME VAN A HACER SALIR DEL ARMARIO EN EL QUE NO ME HE METIDO NUNCA!!

Voy a tener que ir al Ikea a comprarme uno.

Al verme con el abanico (que ayer se me rompió otro trozo más y ya no gano para super glue) mi tía me ha dicho: "Mira, como el marica de Bea la Fea". A mí de repente se me ha encendido la bombilla y he tenido un momento Deja Vu(go) y le he pedido que me explicara qué era eso de Bea y se ve que es una serie (que yo vi un día y confundí con un info-comercial de El Corte Inglés) y que hay un personaje marica que siempre lleva las gafas y el abanico a juego.

Lo dicho.
Indignante.

Y luego he visto Match Point (gracias Miguel por casi contarme el final, la he disfrutado mucho intuyendo lo que iba a pasar) y ahora pues aquí estoy escuchando Madonna.

Qué drama. Mañana tengo que ir al banco a pedirme otra Visa. ¿Me la darán?

Claro que sí. Para eso soy la Paris Hilton española.

Rupoyeya

viernes, 10 de noviembre de 2006
Pues aquí estoy, después de haberme pegado unos bailes y unas risas vía Youtube con Pol pasándome vídeos demenciales (Camilo Sesto, Las Grecas, Will Ferrell...) me he sentado a escuchar RuPaul.

El Rupaul's xXxTreme Session (Hidroboy's Rupoyeya Mega-Mix) -que encontraréis en el cd A Boyacha ¡No me ganas!- es una MARAVILLA.

No hay mucho que contar, así que será un post corto. Últimamente estoy de muy buen humor y por las noches me voy a dormir riéndome como un gilipollas. Lo gracioso es que tengo que "madrugar" para ir al banco a pedir otra tarjeta de crédito (si Paris Hilton puede ¡yo también quiero dos Visas!) pero no consigo levantarme antes de la 1.
Iba a hacer un chiste muy malo sobre las erecciones matutinas, pero no.

El otro día se me estropeó el metro... bueno no, yo llegué y ya estaba estropeado, y tuve que andar hasta la siguiente estación para hacer el trasbordo y pensé que me iban a matar y a dejar mi cadáver en cualquier esquina.
Esta zona de BCN es una mierda. Necesito salir de ella. No estoy hecho para vivir entre drogadictos, borrachuzos, prestiputas y colegiales.

El martes que viene es la fiesta de la empresa. He hecho un cd recopilatorio para conmemorar que ha pasado otro año y que no escucharéis nunca porque no pertenecéis a mi empresa.
¡JA!

Ya hice las pruebas de vestuario y decidí que iré todo de negro (que adelgaza) con una corbata roja y la chaqueta fucsia que me compré hace como 4 meses y que nada más colgarla en mi armario pensé: "No me la pondré jamás". Pues mira, el martes me la pongo.

He separado la ropa en un rincón del armario... la tentación de ponérmela para salir el sábado es muy grande... pero no me fío de mi lavadora así que... nada.

Y eso si salgo el sábado claro, porque últimamente salgo menos que el pajarito de Pinochet. Bueno, no sé, que Pinochet tiene pinta de ser muy putero...

El caso es que hace días que no salgo y tengo mono de alcohol y desfases varios. Sigo yendo con el abanico por la calle ¿es normal que a 10 de noviembre esté ASÁNDOME de calor cantando coplas bajo tu ventana?

¡Por dios! La culpa es de Roland Emmerich.

Hablando de cine. Hoy le comentaba a K.P. que ya han sacado el póster oficial español (ísimo) de la nueva película de Christopher Nolan "The Prestige":



Prometo que será el último chiste cinéfilo que ponga en este blog.

El otro día me dio por remezclar un cd para pasar miedo. Iba a colgarlo antes de Halloween pero no me dio la gana, así que lo hice después. La verdad es que me ha quedado muy bien. El otro día me lo puse antes de irme a dormir y no pude dormir. Tuve que ponerme el cd de Pasión Vega para que se me pasara el susto, pero entonces se puso a cantar Antonio Banderas, pensé que a Pasión la había poseído Reagan (la niña, no Nancy) y salí corriendo de la cama.

Hace un rato me ha dado por adecentarme la barba. Tengo que recortarla porque últimamente tenía un bigote que parecía el Dr. Zoidberg. Sólo me faltaba ir andando de lado. El "buruburu" ya lo hago normalmente.
Así que me he ido al lavabo después de escuchar el Más de la Rosa (que es mi temazo ahora mismo) y me he puesto a recortar... y claro, estaba yo tan emocionado recortando... al tercer trasquilón he decidido que ya era suficiente. Me la he destrozado un poco, pero no se nota.

En breve se irá la luz. Esta semana se va cada día a eso de las 2. Así que casi voy cortando ya porque sino se me va a quedar el post a medias.

Un saludo a todas mis flans. Sobretodo a aquellas flans que me tienen olvidada de la mano de Dios y que quedan para beber con sus amigas y no me invitan.
¡Todas putas!

Estoy (estuve, estaría) Bailando...

domingo, 5 de noviembre de 2006
Qué agurrimiento (con "g") de semana.

El lunes ni me acuerdo de lo que hice, así que no sería nada interesante. Lo único, comprar ropa. Fui al Springfield y arrasé.
El martes fui a una especie de seminario de Apple en el que nos enseñaron a trabajar con ellos y, sobretodo, a venderlos.
Si me vuelven a dar un curso de técnicas de venta me suicidaré con los caramelitos del hotel: los tragaré todos a la vez hasta morir en una orgía de sabores y colores.

Luego me fui a pasear por Plaza España escuchando Nitni Sawhney y luego al centro porque había quedado para tomar un café y luego a comprarme unas bambas en otro Springfield porque en el de ayer no tenían mi número.
Las encontré, me las probé y me las compré. Luego fui a otra zapatería a comprarme otras bambas más baratas y no tan fashions pero con cierto encanto.
Entonces me di cuenta de que me había dejado la carpeta con los apuntes de la formación de Apple en el Springfield y tuve que bajar corriendo tooooda la calle Pelayo para llegar JUSTO cuando estaban bajando la persiana. Voy a picar en el cristal pero ¡sorpresa!: entre la reja y el cristal había unos 300 metros de separación y mi mano no llegaba. Además que no iba a meterla porque la persiana estaba llena de mierda y no estaba dispuesto a manchar mi camisa favorita.
Mientras esperaba a que las vendedoras me vieran en la puerta llamé a M para ver qué hacía esa noche, que era Halloween y yo sin plan. M me dijo lo de siempre (si es que ya no sé para qué la llamo). Casualmente M fue al mismo sitio que K.P.: un sitio al que fui un par de veces y al que no volveré.
No sólo porque no haya (casi) ningún hombre. No sólo porque no me gusta que me miren (al contrario, me encanta) sino porque me miran MAL.
Es lo que tienen los bares de lesbianas & co. (el "& co." que cada uno lo interprete como quiera): que me miran mal.

Total que llegué a casa y, como estaba muy cansado, me fui a dormir pronto. Al día siguiente me desperté dispuesto a pegarme una maratón de deuvedés pero a mitad de la primera película hubo una interrupción: visitas familiares con noticias que, por ahora, no puedo comentar.
Es un secreto que una parte de la familia no debe conocer... y como no sé quién lee esto mejor me callo. Que aún oiré aquello de: "¿Y tú cómo te has enterado?" "¡Lo leí en el blog del maricón de tu hijo!!"

Jueves y viernes trabajo, trabajo, trabajo. Estoy estresadísimo, me siento poco valorado y todo el mundo me dice que me afeite. La gente no tiene ningún respeto por la imagen de los demás. Si te afeitas porque te afeitas y si te dejas barba como Robinson (Hedwig Robinson) te dicen que te afeites.

El sábado again: TRABAJO, TRABAJO, TRABAJO. Estuve como 13 horas dale que te pego. La suela de las bambas se me fusionó con la moqueta: a punto estuve de no poder salir de allí.
Luego salgo con unas ganas de ir de fiesta espatarrantes... pero me dejaron tirado. K.P. volvía al sitio al que fue el martes A PESAR de que dijimos que el sábado saldríamos juntos a lo de siempre.
Se hizo la sueca: "¡Puedes venirteeeee!". Lo dijo en ese tono así como de sorpresa y jolgorio, supongo que intentando animarme. Pero no lo consiguió.
Luego nadie se quiso apuntar a una salida nocturna y yo me volví solo, triste y abandonado. Vestido de puta madre, eso sí, pero solo, triste y abandonado. Escuchando Gotan Project. A punto estuvo de darme la vena melancólica, pero nada. Porque me saltó el Estoy Bailando y me alegró la noche.

Llegué a casa... cené... el Kun apareció por el messenger borracho perdido... y me fui a dormir escuchando a Pasión Vega.

Y hoy pues en casa solo todo el día hasta hace un rato que han llegado mis padres de por ahí y hemos visto una peli.
Ahora sigo con Pasión. Canta con el Banderas, y el Banderas canta maravillosamente bien.

Que saque un cd de versiones de temas de la Streisand. Se forra.

Acabo de oír a mi padre decir: "¡Tripartito!"

El mundo se acaba.