Capítulo 5: Una marica muerta, congelada viva en Huesca9:45 de la mañana. Me despierto. Miro a mi lado, no hay nadie. Es obvio que al final no vino por la noche. Pero ¿dónde está? Se suponía que a las 9 o así vendría a buscarme. No ha venido. Recuerdo que le dije que si a las 10:00 no sabía nada de él me largaría a BCN igual y que había venido.
Voy al baño, me aseo y me visto. Miro el reloj.
No eran las 9:45, eran las 10:45. Me cabreo. Le llamo. Le llamo. Le llamo. No contesta. Le mando un mensaje. No dice nada. Llamo a la amiga, que me dice que no sabe nada. Salgo del hostal y me decido a ir a dar una vuelta para despejarme. Voy al local por si está allí, pero allí no hay nadie. Camino por la calle más grande que encuentro con la esperanza de encontrar la estación de trenes, pero no la encuentro. Vuelvo sobre mis pasos para ir a la plaza en la que nos despedimos, creyendo que desde allí sabré qué hacer.
Sigo llamando y llamando y llamando y no contesta. Otro mensaje. Tampoco contesta.
Se me está acabando la batería y no tengo cargador. Apunto los móviles que me puedan hacer falta antes de que se me apague.
Le mando un mensaje a la amiga para que me ayude y a mi madre para que no se preocupe. Empieza a atacarme el pánico. Aparece la amiga (una hora más tarde). Me dice que no sabe nada de él (y tampoco parecía importarle) y me acompaña a la estación. Le digo que no pienso irme sin hablar con él y ella me convence de que debería irme. Ahora que lo pienso... no me dio la sensación de que le hiciera mucha ilusión la idea de tenerme allí. Cosas mías, seguramente lo malinterpreté.
Le llamamos y le volvemos a llamar y no contesta. Tal vez haya pasado algo con un familiar suyo que estaba en el hospital. Y si ha pasado no me queda otra que largarme.
En mi cabeza todo se me mezcla. Coger el bus, quedarme, pasar el fin de año en casa o en Huesca, solo o con sus amigos, secuestrarlo, llamar a Henry para que me pase a buscar o sentarme en un banco a esperar a que pase cualquier cosa.
¿Qué coño hago en Huesca?
La amiga me mira preocupada. Es tarde y se tiene que ir. ¡Gracias! Pretende dejarme sólo en la estación. El de las taquillas del bus se ha largado y no sé si volverá. ¿Y si me quedo sin billete? ¿Y si me voy y él quiere que me quede? ¿Y si me quedo para esperarle y pierdo el bus y me quedo en Huesca tirado hasta el martes? ¿Y si Henry no puede pasar a buscarme? ¡¡Qué hacer!!
¡Y YO SIN TELÉFONO MÓVIL!
Abandonada, incomunicada. Divina de la muerte, pero abandonada, incomunicada y muerta de frío.
Justo cuando la amiga estaba a punto de largarse el móvil de Karate Kid da señales de vida. Ella habla con él (está en casa). Me dice que le ha parecido que estaba muy seco y que le ha dicho que en seguida venía a la estación. Ella se va. Yo me quedo sólo. Necesito saber si quiere que me quede o si viene a despedirse.
Le llamo desde una cabina y me dice que me quede. Yo me echo a llorar. No sé qué hacer.
Miro el reloj (mucho más tarde que ayer).
Quedan 3 cuartos de hora para que se vaya el bus y la taquilla sigue cerrada.
Capítulo 6: Aprende a leer la hora con PIPONo viene. Llevo un huevo esperando y no aparece. Me voy a quedar sin batería en el iPod y no sé si soportaré un viaje de vuelta a Barcelona sin música. No para de entrar gente a la estación y nadie es él. De vez en cuando salgo a la calle a llorar, porque los de dentro me miran con una cara de pena que me deprime.
Vuelvo dentro y mientras suena el Hoppippolla de Sigur Ros le veo cruzar la puerta.
Me mira. Le miro. Me dice que vayamos a tomar algo. Le digo que el autobús está a punto de salir. Me pregunta si ya he comprado el billete "No, pero puedo hacerlo en el autobús. Creo."
Me dice que vaya con él.
Me pide perdón por enésima vez. Le veo triste. Me dice que su padre le ha obligado a trabajar no sé dónde y se ha tirado toda la mañana sin el móvil. Que la ha cagado. Que no sabe cómo compensarme. Que no quiere perderme.
Vamos a un súper y se hace una recarga de móvil.
Miro el reloj. Soy una mierda de viajera: aún queda una hora y media para que se vaya el bus ¡me voy a comprar un reloj digital, coño! O eso o un curso de aprendizaje de Flik y Flak.
Capítulo 7: Un banco en el parqueNos sentamos en un banco. Le digo que no pienso hacerle una paja, que no se lo tome por costumbre. Se ríe. Me derrito.
Le pido que me diga qué quiere que haga. Si quiere que me quede, si quiere que me vaya. Si me quedo es para estar con él en exclusiva. Si me voy, no volveré. “Necesito estar con un tío que se muera por mí. No con alguien que no tiene claro si me quiere cerca o no.”
No sabe qué hacer. Por la noche tiene cena con familia, amigos y novia. A la novia piensa dejarla esa misma tarde en cuanto la vea. Le digo que les den a todos, que se venga conmigo. La novia que aprenda, que la vida es dura y se pasa mal. Los amigos a la mierda, los ve cada día. ¿Los padres? Lo peor que pueden hacer es echarle de casa y creo que le harían un favor.
Me promete que, aunque esa noche no vayamos a estar todo lo juntos que nos gustaría, el día 1 lo pasará conmigo.
Yo me consuelo. Puedo quedarme en fin de año, cenar con sus amigos, dormir. Pasar el día entero con él y volverme a Barna el martes por la mañana.
Charlamos un rato. Le toco el pelo y me dice que no soporta que se lo toquen. Yo se lo vuelvo a tocar. Cada vez que le pongo la mano encima pasa un conocido suyo. Me siento como si Franco aún estuviera vivo.
Es increíble cómo el ambiente de una ciudad puede ser tan distinto al de otra. En BCN no tengo miedo a nada. Ahí me sentía como las brujas de Salem: como si en cualquier momento fueran a echarme a patadas del pueblo.
Se acerca la hora de despedirse. Le abrazo en medio de la calle. Me habría quedado así para siempre. Me vuelve a decir que me quiere. Y yo a ti, niño.
(POR DIOS, QUÉ CURSI ME ESTÁ QUEDANDO ESTO. PUAJS, PUAJS, PUAJS)
Caminamos un poco. Estoy convencido a quedarme. De repente...
CAPÍTULO 8: En Año Nuevo: ¡Comida familiar!Vale. Me voy. No pienso pasar otro día como hoy, perdido en Huesca sin saber nada de ti. Tiro directo para la estación y él viene corriendo detrás de mí. Me paro. Me mira de reojo. Caminamos un poco. Me paro. "¿POR QUÉ coño me dijiste que viniera?"
"No lo sé"
Caminamos un poco más.
"Mírame"
Lo hace de reojo.
"Mírame"
Se gira un poco.
"Que me mires, coño"
Le cojo del brazo y le pongo frente a mí. Le miro a los ojos. Tiene unos ojos preciosos.
"Dime que me quieres"
Sus ojos se humedecen.
"Te quiero"
Me morí ahí mismo.
Le di otro abrazo. Le acaricié el pelo y suspiré.
Jo, es una cursilada pero lo recuerdo y casi me pongo a llorar otra vez... ¡¡¡QUÉ BONITO!!!
Es que nenas, seré todo lo puta y perra que queráis, pero tengo un corazón que no me cabe en el pecho. Y yo cuando tengo un bajón de estos LO TENGO POR TODO LO ALTO.
Capítulo 9: ¿Y ahora qué?- Yo no quiero irme.
- Y yo no quiero que te vayas. Pero no sé qué más puedo hacer.
- Demuéstrame que me quieres.
- ¿Cómo?
- Haz una locura. Quédate conmigo estos dos días.
- Me encantaría. Pero no puedo.
- Lo sé... pero necesito que lo hagas.
Llegamos a la estación. Nos volvemos a abrazar. Un viejo que pasa nos mira asombrado. Se para y se gira. Le echo una mirada que casi me lo cargo del susto y desaparece. Voy a comprar el billete, no me sale la voz cuando digo "A Barcelona a las 16:30" Tengo que repetirlo tres veces.
Salimos fuera y vuelvo a llorar. Él me mira con una cara de pena que me parte el corazón. Se sienta en unos escalones y yo me agacho ante él.
"Tú quieres estar conmigo. Yo quiero estar contigo. ¿Qué coño nos pasa?"
- Que soy un gilipollas -dice.
- ¿Es por la edad?
- La edad no me importa. No es problema. Mierda.
Me giro. Se acerca una chica. ¿Será la novia? No, es una ex. Que nos mira con una cara de espanto que pa' qué.
- Te va a sacar del armario.
- ¿Por?
- Espérate a que le cuente a todo el pueblo que te ha visto en la estación, despidiendo a la marica que te vino a ver una sola noche. Y luego además dejas a tu novia. Y le estabas abrazando. Pero tú tranquilo. Si te echan de casa ya tienes excusa para venirte a vivir a BCN.
Nos levantamos. Le miro.
- ¿Vendrás en Reyes? -pregunta.
- No lo sé. El precedente no ha sido muy bueno... no sé si me atrevo a repetir.
- Lo siento -sonríe.
Le sigo mirando.
- ¿Por qué no te vienes tú?
- ¿Ahora?
- No tienes cojones de pasar 2 días conmigo aquí te vas a venir a BCN. ¡En Reyes!
- Pues sería un buen regalo...
- Sería la locura que necesito que hagas.
- Iré.
Capítulo 10: Time to say goodbye16:20 la gente empieza a subir al autobús. Le abrazo (OTRA VEZ, acabé hasta el coño de abrazos) y le digo que le quiero, le quiero, le quiero. Nos separamos. Me río al darme cuenta de que parecemos una puta película de Meg Ryan.
"Eso sí que parece una película" y me señala a una parejita dándose el lote antes de decirse adiós.
"No hacemos eso porque no quieres" y se ríe. Mientras mira a un lado y otro, esperando que no lo viera nadie.
Le digo que se vaya que no quiero despedirme mientras me voy y me dice que ni de coña.
Le pregunto qué tengo en Huesca.
Un novio, responde.
Subo al autobús y me peleo con una vieja que no me deja pasar. Se sienta en un banco a esperar a que arranque. Coge el teléfono. Por primera vez le veo llorar. Está escribiendo un mensaje.
El autobús se pone en marcha y le digo por señas que el día 5 lo quiero en BCN. Asiente.
El autobús se aleja y él camina junto al vehículo un rato.
Capítulo 11: La vuelta a casaCuatro horas de viaje. Milagrosamente el iPod aguantó hasta llegar a Sants. Dimos un rodeo para recoger a otro autobús que se había quedado tirado y la gente se estaba pelando de frío. Yo acabé con un dolor de piernas que pa' qué. Fui escuchando música súper cool. En serio, a pesar de todo el viaje fue precioso.
A pesar de la película que nos pusieron (¡¡¡¡!!!!) que era lo peor y a mí me entraba la risa de vez en cuando de lo cutre que era (sobretodo el momento aplastamiento de elefante, inenarrable).
Llegué a Sants a las 20:30, una hora más tarde de lo esperado. No había taxis. No tenía móvil. No tenía ni suelto para llamar por una cabina. Pienso en coger el metro pero tardará un huevo. Camino un rato por si veo un taxi, pero nada.
Sin darme cuenta acabo a dos pasos de Gran Vía. Consigo cambio, voy a un par de cabinas y no va ninguna. Ni un puto taxi. Son las nueve y pico y quiero cenar con mi familia. Me doy cuenta de que no he comido nada en todo el día. Me siento tristísimo de la muerte y necesito a los míos.
Pasa a mi lado una pareja de gays cogidos de la mano. Me doy cuenta de que estoy en Barcelona. Respiro y me siento mejor. Estoy en casa. Aquí es donde él tendría que estar.
Llego a Plaza Universidad. Vuelvo a probar las cabinas, nada. Al final acabo en el metro.
Veinte minutos más tarde, al bajar del tren, me doy cuenta de que vuelvo de Huesca exactamente igual que si viniera de trabajar o de una noche de fiesta. A eso se le llama viajar con estilo: ¿Vienes del trabajo? No, vengo de Huesca que fui un momento a mirar una cosa.
Voy a casa, me cambio de ropa y de móvil y voy a cenar con la familia.
Al llegar a casa de mi prima me llega un mensaje. Es de él. El que escribía mientras se iba el autobús:
"Ya has conseguido verme llorar."
No se me borra la sonrisa de la boca en toda la noche. ¡Si hasta me puse a bailar con mi tía La Chocho!
Y todos con pelucas y preguntándome qué tal la fiesta que me pegué en Huesca.
Y luego fiesta Singstar. Yo borracho cantando el Sufre Mamón pensando que, en esta historia, el mamón he sido yo. Pero a mí ya me pueden poner polvos pica pica, que no devuelvo a la chica ni borracho.
Me llama KP. Nos felicitamos el año. Se lo cuento. Qué jeby. Se alegra. Te quiero K.
Me llama Henry. Nos felicitamos el año. Les doy las gracias otra vez a él y a Pam.
Mensajes a Jordi y a Pol y a Justo.
Más tarde hablé con Karate Kid. Feliz año. Pero eso es otra historia que justo acaba de comenzar...
P.D.: Que sepáis que es el ÚLTIMO post SÚPER CURSI que pongo. Vale que estar enamorado es como muy viva las flores y viva la primavera, pero Samantha Jones JAMÁS escribiría algo así.
A partir de aquí, a ser la super puta y la super zorra de siempre. Eso sí, estoy cogida. Aunque un polvo de vez en cuando con algún desconocido no me lo quita nadie. ¡Ja!